THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

miércoles, 14 de mayo de 2008

Prólogo para un estímulo


El exceso de estímulos a veces paraliza. La falta de estímulos a veces vacía. Pero qué necesario beber café con leche sin parar hasta que llega la noche y de nuevo es necesario volver a dormir para en un proceso cíclico a la mañana siguiente seguir bebiendo café con leche sin parar. Alargar el café con leche es no querer que el despertar se convierta en rutina. Porque hay algo mágico, de descubrimiento en el primer parpadeo.
Un día me gustaría ir a trabajar en pijama. Y al llegar allí que todo el mundo llevara pijama. Nadie tendría la sensación de estar trabajando. Podríamos desperezarnos a gusto, incluso bostezar de felicidad. El jefe o la jefa también llevarían pijama o su canesú. Al volver a casa nos vestiríamos para afrontar el sueño. Y es que a lo mejor la vida tal y como no la conocemos se sucede en nuestro subconsciente por la noche, en esas horas donde somos más nosotros mismos, donde la censura abandona su apretada goma elástica y nos deja vagar a nuestras anchas por nuestras angustias, nuestras ansias y nuestras felicidades efímeras.
Para hacer hacen falta estímulos, pero antes de estimularnos lo mejor es relajarnos, tumbarnos un rato, mirar el cielo, ver que lloverá y que la noche traerá la luz de la luna bajo la polución y pensar que lo que tenga que pasar pasará si no puedes evitarlo.
Pongámonos en marcha, desparalicémonos, llenémosnos y luego volvamos a descansar. En pijama. Y comprendamos lo que nunca podremos comprender. No sé, por ejemplo el primer beso arrancado a la oscuridad. O simplemente miremos, culpables lo seremos igualmente.
Que la sociedad nos de la oportunidad de ser buenos, que de ser malos ya nos encargamos nosotros solos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me mola este post Paula, creo que es el que más me ha gustado de todos los que he leído de tu gran blog. Sabes, nunca he ido a trabajar en pijama pero si fui una vez al colegio en pijama (se parecía a un chandal eso hay que decirlo, pero igualmente era un puto pijama) en 6º o 7º de EGB y mis compañeros se partieron la caja, pero es que si no no llegaba a un examen.

También creo que tienes razón, por las noches somos más nosotros mismos, nos desvestimos de nuestras hipocresías, nos quitamos las caretas (algun@s se desmaquillan) y nos quedamos tal cual somos. La vida tendría que ser una larga noche en pijama acompañado de su buen café (sin leche en mi caso), un buen piti y...

Genial, felicidades por este post!!

Atiko.

Anónimo dijo...

Simplemente decir que me ha encantado.

Anónimo dijo...

Suena superficial pero... estoy imaginándome a mis compañeros en pijama... ¿lo usarán? Y se me pone una sonrisa en la cara.

Laura Freijo Justo dijo...

átiko, nunca he ido al cole con el pijama, pero mis abuelos a veces me lo dejaban por debajo de la ropa y era un engorro.
gracias por visitar mi blog, crazy
maría, los pijamas de la gente o lo que llamamos pijama a veces dista mucho de lo que es el pijama clásico, ¿no?