THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

martes, 6 de mayo de 2008

Una casa sin palabras no es hogar


Me considero mujer de pocas dependencias, pero algunas tengo. Sobretodo una, el libro. A veces confieso que ni siquiera los leo, pero el mero hecho de tenerlos entre mis manos, hojearlos, leer párrafos sueltos y saberlos en mis cada vez más aglomeradas estanterías me produce un placer difícil de describir. Rayando con el fetichismo. Acaso cayendo en el abismo de la posesión más inútil.
Mi mundo al despertar por las mañanas está más completo si se me ocurre consultar a tal o cual poeta, a tal o cual escritora, aunque eso no suceda tan a menudo como puedan dar a entender mis palabras. Sin embargo saberme rodeada de pensamientos ajenos, de historias lejanas o cercanas, de horrores y felicidades ficticias y no tan ficticias, compensa mis variables estados de ánimo.
Las personas fallan, los libros permanecen. Más allá del perro, existe el libro. La palabra escrita que permanece. Que existe hasta para odiarla, para defenestrarla, para arrojarla al infierno del olvido. Está ahí, callada, al acecho, anhelante aunque discreta, dispuesta a la espera más eterna.
Adoro los libros en su más puro objetivismo. Esos objetos paradójicamente inanimados que de pronto pueden adquirir las características de las montañas rusas más sicodélicas.
Al final viviré en la calle, pero mis libros dormirán en paz en mi habitación, en mis armarios, en mi lavabo, en mi nevera, en el horno de mi cocina que bajo ningún concepto se encenderá. Y seré feliz de cederles mi casa porque mi casa sin palabras no es hogar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los libros son el espejo de nuestro ser. Como seres racionales que somos, los libros son los gaurdianes de nuestros sueños, de nuestras experiencias, verba volant scripta manent. Como tú, sin poder escapar de la dependencia de los libros tomo la palabra de Borges, que decía que el libro es el instrumento más sorprendente del hombre ya que es una extensión de su memoria, el tiempo y la experiencia de cada uno y de cada una se acumula en los libros que forman parte de nuestra maleta de viaje.

Atiko

Marigel dijo...

No sé si la foto es de un rincón de tu casa, pero yo podría enviarte 5 o 6 de rincones parecidos.
A mí también me encantan los libros: como lectura y como objeto. Con decirte que aprendí a encuadernar por el gusto de crearlos!!!
En fin, que un beso.

Ripley dijo...

Hace poco descubrí un blog en el que leí algo que me encantó, resumidamente decía que los libros que poseemos, nuestra "biblioteca" gestan nuestra propia autobiografía. Yo, al menos, no imagino mi vida sin mis libros. un beso