THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

domingo, 29 de junio de 2008

Como cada año


Como cada año, Albert y yo nos dimos cita en la Plaça Universitat. El aire festivo, el color de la ciudad y la luz del verano se mezclaban con las ganas de reír y bailar que caracteriza la fiesta del 28 de junio. ¿Tú crees que toda esta gente nos miraría si fuéramos otro tipo de manifestación? Le pregunto a Albert. Nos da la sensación de que faltan carrozas con música petarda y díscolos lujuriosos que lancen más agua a las masas, así que nos paramos y esperamos a los tambores que vienen detrás y que hacen vibrar las caderas.
A falta de lo que consideramos necesario, nos prometemos montar una caravana para el año que viene en la que él y unos amigos vestirán de curas libidinosos que lanzarán proclamas amatorias entre los ángeles y yo y alguna atrevida llevaremos hábitos negros con escandalosos sujetadores trasparentes que pongan al descubierto nuestros pechos todavía inhiestos. ¡Cómo divierte la imaginación! Aparte, prepararemos 'sloganes' cachondos que sustituyan el ya manoseado ‘sí, sí, sí, som així’. Del estilo ‘todas lesbianas como incestuosas hermanas’ o ‘todos maricones a base de muchos revolcones’, por decir algo diferente. Tenemos todo un año para elaborar la iniciativa.
Desandando lo andado, cuando ya han leído el manifiesto en la Plaça Sant Jaume y han mezclado impúdicamente todo tipo de temas que no estoy segura de que fueran necesarios, a la puerta de un hotel un cura con una sotana real mira la comitiva deshacerse con aire curioso. Alguien saca una cámara y lo fotografía. El cura se tapa la cara mientras sonríe y Albert grita ‘muy bien, muy bien!’. El chico de la foto nos mira y la complicidad prosigue su curso preparándose para la fiesta final de la noche.
Siempre me sorprende la capacidad de los seres sufrientes para convertir el rechazo en alegría contagiosa. A eso debe llamársele orgullo, digo yo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sister, a mí el manifiesto de la plaça sant jaume no me gustó... mezclamos la quema de hombres gays (hace más de trescientos años) con la invisibilidad de las lesbianas y más y más, y lo decía un tipo todo enrojecido con una voz chillona que transmitía, a mi parecer, poca simpatía...

y la fiesta de la plaza universidad no invitaba al baile, era pura electrónica donde faltaba cachondeo verbenero para todos... ná, no fue, quizás, el mejor año...

me apunto a la carroza del año que viene, pero poca teta puedo enseñar...

Anónimo dijo...

Yo espero que dejemos el "como cada año", para hablar de que "un año" dejamos de celebrar lo que, para todos, es normal: amarse.
Y empecemos a celebrar "san queremos", "san me han ascendido", "san soy feliz"...

Laura Freijo Justo dijo...

dietrich, cuando hablo de alegría me refiero al tarannà de la gente. estoy de acuerdo contigo, de hecho lo digo en el post, que en el manifiesto no sólo se mezclaron los temas que apuntas sino también otros y a lo mejor el pregonero no era el más adecuado... y lo de las carrozas que hablamos con albert es porque, a diferencia del año pasado, éste no había y le restaban colorido al evento, hace falta más humor todavía, siempre más sentido del humor... te tomo la palabra para la carroza del año que viene! besotes!

maría, no estoy segura de querer dejar de celebrar lo que ha costado tanto en conseguir, en tener memoria del pasado, de los y las que nos precedieron y mirar alrededor y saber que hay muchos sitios donde según a quien ames te pueden empapelar y hasta colgar. entiendo que quisieras una normalización total con la que estoy de acuerdo pero dejar de celebrar una fiesta, por qué? saluditos!

Anónimo dijo...
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