THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

jueves, 5 de junio de 2008

De regreso a la civilización


Ante la imposibilidad de hablar, escribir. Eso pienso en estos días. Una escribe porque no puede hacer otra cosa, ni siquiera hablar. Hablar que es lo más fácil si tienes voz para hacerlo. Escribir ante las afonías de cualquier tipo. Tanto las físicas como las emocionales. A veces unas representantes de las otras, claro.
Llegó un buque mercante de las islas Fidji, que son islas que ya salen en el mapa. El capitán me dijo que la isla de los akimalis es una isla un poco rara. Porque ellos, que pasan por esa ruta cada mes, no siempre la divisan. Pero mi hoguera la vieron. Como tuve que nadar hasta la ensenada de la punta, donde amarró el viejo buque mercantil, me he constipado mucho y apenas puedo hablar, de ahí mi reflexión inicial.
El caso es que de vuelta a casa, que la he encontrado tan desordenada como siempre, me he encontrado con la realidad mediática. Obama finalmente pudo con Hillary. Y ella, orgullosa, todavía no ha pronunciado las palabras de la derrota, aunque se la vio hablar en pasado de su campaña en el último míting. Hay que reconocerle a Obama su capacidad para entusiasmar al aletargado votante. Y es que su slogan ‘Yes, we can’ es de lo mejor ideado hasta ahora desde que Felipe González enarbolara aquel ‘Por el cambio’, que en el fondo tiene mucho que ver.
Por otro lado hay personas que se van, como el crítico de teatro de ‘El Periódico de Catalunya’ Gonzalo Pérez de Olaguer, que a la edad de 71 años ha muerto. Deja tras de sí una estela inabarcable de sabiduría teatral así como miles de críticas. Lo recuerdo de cuando trabajaba en la productora, de todas las veces que lo llamé para invitarlo a las obras que estrenábamos siempre recibí palabras amables y generosas. Como teatrera, nunca llegó a hacerme una crítica, pero eso no importa. Un aplauso desde la platea de este blog a su memoria.
Ahora voy a seguir con el propolis porque la doctora considera que no es necesario el antibiótico. Y me voy a guardar mucho de entrar en el armario, que de ahí me caí yo a la isla de los akimalis, y aquí estoy después de la aventura, más malis que buenis.

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