THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

viernes, 11 de julio de 2008

Convertir la bilis en néctar


Toda la mañana escribiendo para llegar a una conclusión: prefiero la poesía. La luz, el agua, el rayo que no cesa. Un verso aislado o un verso casado con la transparencia de una radiografía. A veces las palabras viven atrapadas en sílabas y sin embargo cómo traspasan. Igual la felicidad es inútil y la rabia enroca musgos de piedra alrededor de las ventanas. Puede que el pétalo de una rosa se haya usado tantas veces que haya dejado de oler a poesía. Tal vez en los rincones de nuestro espíritu aniden las golondrinas del dolor y su sombra se alargue inesperadamente contra el futuro. Sí, quién sabe. Un día a lo mejor extiendo los brazos y sopeso mis manos y me doy cuenta de que tienen agujeros, pero no de clavos, nunca tuve razón de mártir, sino de huecos.
Será tan temprano que me pasaré de la madrugada al ocaso en un abrir y cerrar de lápiz. Pero llevaré los ojos bien abiertos, por si acaso. No sé si encontraré lo que busco pero eso no impedirá que siga torpemente rastreando en las aceras, en el asfalto, en el monte, en la arena, en el autobús, en la cola del pan, en la taquilla del metro, en la ventanilla del burócrata, en cualquier parte, en todas partes, a todas horas, porque las liebres sobrevivieron a la mutación de la naturaleza y ya nadie sabe la forma que tienen.
Prefiero la poesía. Convertir la bilis en néctar aunque el sabor amargo reafirme la existencia de ese líquido envenenador. Tampoco hay que huir del ángel caído, no olvidemos que era el más bello, el que Dios más amaba. Toca volver al paraíso. Perdonar. Ser perdonado. Dormir en paz. Y sobretodo, soñar con un otoño de luz que nos devuelva el amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Uff, qué mala bebida tienen algunos, ¿no?