El año de Ricardo es un espectáculo que me cabreó mucho. Y me impactó. Y me perturbó. Pensé en la lejanía, pero era más cercano. Y en estos últimos meses donde me he sumergido, que no hundido, en la escritura de nuevos textos, de pronto me he dado cuenta de ciertas conexiones e influencias que se quedaron dentro o quien sabe si ya estaban antes de verlos en el trabajo de Angélica Liddell.
El tiempo pasa y coloca las cosas en otros sitios. Se va y se viene. Se construye y se destruye y se elabora con los escombros. Y todas somos algo de lo que venimos sin renunciar a lo que seremos.
Se huye de lo que se es pero en la esquina siempre nos espera un fantasma dickensiano para llevarnos de la mano a conocer lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.
A veces escribimos cosas más duras de lo que pensamos y al oírnoslas en voz alta nos damos cuenta de la dimensión de la planta baja del iceberg.
Sigue habiendo elementos de ‘El año de Ricardo’ que no acabo de cuadrar y con los que discrepo por el exceso, pero también es verdad que visto ahora en algunas cosas rectifico y aposento. Y entiendo profundamente que se escribe para sobrevivir. Y se ansía supervivir, como dijo alguien el otro día.
Y en la confusión también hay elaboración.
No es bueno saltarse algunas etapas.
La rabia primero motor, luego mar desfondada, mar calma que alivia la herida.
Mi Alicia renace.
El tiempo pasa y coloca las cosas en otros sitios. Se va y se viene. Se construye y se destruye y se elabora con los escombros. Y todas somos algo de lo que venimos sin renunciar a lo que seremos.
Se huye de lo que se es pero en la esquina siempre nos espera un fantasma dickensiano para llevarnos de la mano a conocer lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.
A veces escribimos cosas más duras de lo que pensamos y al oírnoslas en voz alta nos damos cuenta de la dimensión de la planta baja del iceberg.
Sigue habiendo elementos de ‘El año de Ricardo’ que no acabo de cuadrar y con los que discrepo por el exceso, pero también es verdad que visto ahora en algunas cosas rectifico y aposento. Y entiendo profundamente que se escribe para sobrevivir. Y se ansía supervivir, como dijo alguien el otro día.
Y en la confusión también hay elaboración.
No es bueno saltarse algunas etapas.
La rabia primero motor, luego mar desfondada, mar calma que alivia la herida.
Mi Alicia renace.
1 comentario:
Bello post, y muy cierto lo que dices, sobre todo ese final. ciertamente, de la confusión acaba saliendo la calma, pero, ¡cuanto cuesta algunas vces!
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