THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

sábado, 17 de julio de 2010

Las señales son un invento que sirve para embadurnar el cerebro


Miles de inventos y sueños nos sirven para seguir viviendo con ilusión. El cerebro siempre está funcionando a nuestro favor cuando somos optimistas, en nuestra contra cuando nos ponemos pesimistas. En el aquí y ahora solemos ser más realistas. Eso se aprende con el tiempo.
Un día descubrí que las señales no existen, que son ese recurso de nuestra imaginación para mantenernos vivos, para tirar adelante con fuerza. Incluso cuando son negativas sirven para lo mismo, porque siempre aparece otra señal que borra la negativa, sólo es cuestión de tiempo.
Erradicar las construcciones que a lo largo de los años ha ido elaborando esa amiga-enemiga que es nuestra inteligencia es un trabajo de orfebres que intentan arrastrar las piedras que se utilizaban para construir las pirámides. Somos esos esclavos que son los verdaderos artífices de esas construcciones que siempre se han dicho son imposibles para la época en que se hicieron. ¿Fueron extraterrestres? Mejor pensar en las cosas posibles, es lo más sano.
No voy a narrar aquí el daño que me han producido esas aparentemente inofensivas señales metafóricas que a todos y a todas nos han hecho reír y soñar en alguna ocasión y ver el mundo de una forma mágica, improbablemente maravillosa. Pero debo decir que me da más satisfacción ahora la simple realidad que esas señales estúpidas que en verdad no significan nada y son simples casualidades de esa cosa tan enorme llamada azar.
‘Un día me di cuenta de que las cosas simplemente ocurren, no significan nada. Para mí fue toda una liberación’, Esther Freud, bisnieta del padre del psicoanálisis e hija del gran pintor Lucien Freud. A mí me pasó lo mismo. A veces todavía me asedian, como diciendo, ámame de nuevo, cree en mí, por favor, pero las dejo pasar, les digo adiós con la mano y las olvido. Coincidencias reincidentes de fechas, números significativos, personas de otras épocas que se vuelven a cruzar en la calle, frases que aparecen de nuevo en boca de otros, pensamientos actuales que vemos reflejados en esa novela que nos estamos leyendo, sueños exactos que te leen el futuro, echadoras de cartas que sin decirles nada te dicen casualmente lo que pensaste la noche anterior, o lo que pensarás mañana, escritos que luego se cumplen aunque sea por los pelos, en fin, miles de cosas que podemos identificar y hacer que vuele nuestra imaginación. Pero ya no. ¿Para qué? Basta con analizar la vida que se lleva para saber, para darse cuenta de que la bisnieta de Sigmund Freud tiene toda la razón del mundo.
Lo dicho, las señales para tráfico, que esas sí que dicen lo que se necesita para preservar la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien dicho, que las señales de tráfico está para algo. Yo no creo en las señales o el azar pero coincidirás conmigo que en ocasiones las casualidades son abrumadoras. Yo creo que hay gente que necesita creer para dar una explicación a lo que le sucede y pienso que a veces te engañas. Las cosas pasan y las casualidades existen, no hay más.
Un saludo maja

Rosalía Navarro dijo...

Paula, me agarro con fiereza a esa primera frase de tu post; "miles de inventos y sueños nos sirven para seguir viviendo con ilusión". Y a continuación citas la Ley de la atracción. ¿La conoces? Lo positivo y lo negativo lo atraemos a través de nuestro pensamiento. Me temo que tu entrada de hoy es mucho más profunda que una señales y no me sorprende nada, bucear a través de tus palabras están siendo una gran satisfacción.
Feliz sábado wapa.

Laura Freijo Justo dijo...

Me quedo con tu frase, Norma: 'las cosas pasan y las casualidades existen, no hay más'. Saludos afectuosos!
Rosalía, ya me explicarás qué es eso de la 'Ley de atracción' que escribo y ni sé lo que significa.
Feliz fin de semana, chicas!