THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

sábado, 4 de diciembre de 2010

De canciones y poesía


Simplemente te vi, fumabas unos chinos en Madrid, hay cosas que te ayudan a vivir... Eso dice la canción 'Te vi' de Fito Páez dedicada a Cecilia Roth cuando la conoce. Hablo en presente porque las canciones si algo tienen es su estado de presente actual. Siempre están pasando. Son permanentes. 'Te vi' es una letra muy de veras, de esas que siempre me han conmovido. Tiene algo inaprensible que la hace peculiar y universal a un tiempo. Todo lo que diga esta de mas, las luces siempre encienden en el alma y cuando me pierdo en la ciudad, vos ya sabes comprender. Es solo un rato no mas, tendria que llorar o salir a matar. Te vi, te vi, te vi... yo no buscaba nadie y te vi.
Me resulta muy curioso ver cómo viven en cada una de nosotras las letras de las canciones. Cómo a unos les dicen mucho y a otros nada. Cómo vemos el arte y lo sentimos en las entrañas o cómo nos pasa desapercibido. Cómo cuando sientes algo por alguien en el panorama de los cielos imaginarios frases simples compuestas para la emoción adquieren un relieve similar al de las montañas en el paisaje. No sólo oyes sino que escuchas y lo peor o lo mejor, intentas buscar un significado que te guíe en la incertidumbre o en lo que sientes recíprocamente. De ahí que bailar sea una cosa tan íntima y especial. Cuesta bailar con cualquiera. Al menos a mí.
La misma cosa pasa con los poemas. La síntesis de la vida, la esencia de lo que alguna vez sentimos y que el poeta tiene la habilidad de hacer único es un valor que no está al alcance de todo el mundo. Escribir poesía es desnudarse emocionalmente. Una se deja el corazón, la mano, las entrañas, la pasión y la precisión, incluso la torpeza. Un verso contiene un mundo, un océano de agua, un torrente de sensaciones. No siempre se encuentra la fórmula adecuada. A veces los versos son tanteos ciegos que buscan en el interlocutor o la interlocutora una complicidad, una escucha de todo eso -qué bella es la palabra 'eso'- que una lleva dentro. El poeta busca, espera la conexión con ese hilo invisible que te une a aquella desconocida, a aquel desconocido que encuentra en la palabra poética un consuelo, una comprensión, tal vez una universalidad que nos conecte a todas y a todos a partir de la palabra. Porque la palabra sigue teniendo un valor aunque la hayan intentado degradar sin éxito. No podría vivir sin poesía. Es un alimento que necesito para seguir día a día. Es la esperanza incluso cuando me pierdo en la espera, incluso cuando todo es un desierto baldío que hay que atravesar para llegar al oasis. Hay tantos poetas que deberíamos escuchar, Machado, Salinas, Margarit, Peri Rossi, Juan Ramon Jiménez, Gamoneda, Mistral, Pizarnik, el propio Cortázar, Borges, Rimbaud, Vallejo, Marçal, Szymborska, Brossa, Papasseit, Gloria Fuertes, Gil de Biedma y tantos y tantas otras que me dejo en el baúl de mi biblioteca. ¡Volvamos a vivir la poesía!
La poesía es vida.

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