THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

domingo, 30 de enero de 2011

Tal como yo lo veo


Tal como yo lo veo si no hay dinero que se fabrique más y se reparta. Pero no sólo a las entidades bancarias para que sostengan estas sociedades tan desiguales, sino a otro tipo de entidades y personas físicas que puedan generar movimiento, porque los bancos son monumentos al control y al poder y sobretodo a la avaricia, antes morir que perder dinero. Y a veces hay que perder para seguir viviendo. ¿Qué pasa? ¿Que la fabricación de dinero crearía inflación? ¿Déficit? ¡Pero qué demonios es eso! Eso son entelequias que se han inventado unos cuantos para tenernos sometidos bajo la ley del miedo. ¡El país cae en picado! ¡Se descoyunta! ¡La inflación y el déficit crecen alarmantemente! ¡Huy qué miedo!
Lo real, lo que existe, es el hambre, la falta de reparto equitativa de la comida, la especulación con los alimentos, el pillaje, las violaciones sistemáticas a mujeres, niños y niñas indefensas, la tortura, los régimenes totalitarios embadurnados de economías emergentes, la pena de muerte, los abusos de poder, la corrupción, eso son cosas reales, que pasan en el día a día de este planeta tan mal repartido.
El dinero es el monopoly, la chuchería que nos debilita, la ambición que nos lidera para ser más cuando somos menos.
Necesitamos un nuevo sistema, este está caduco, la depresión se ha instalado en nuestros territorios, en los reales, en los interiores y en los imaginarios, todo está contaminado, no sentimos renovación sino mantenimiento de las viejas estructuras y miedo a las transformaciones, a la metamorfosis, a la re-evolución.
Por mi parte, sólo tengo miedo a perder un buen puñado de libros que son todo mi capital, y no os creáis, me dolería pero no sería grave. Debemos, a mi entender, aprender a desprendernos de lo superficial y conservar las esencias; nuestro cerebro, nuestras ganas, nuestro impulso, nuestra empatía, nuestras rendiciones espaciadas tan necesarias para sobrevivir, nuestra capacidad de solidaridad, nuestros descansos inmprescindibles para seguir, nuestra reflexión que nos nos permiten porque nos aturullan con lo urgente y nos impiden lo importante, lo esencial. Hacer aquello que podemos hacer e intentar una cosa nueva cada día.
Como les decía ayer a unas buenas amigas y amigo, nosotros somos seres privilegiados, no tenemos cadenas que nos esclavicen aunques estemos abonados al sillón de la comodidad y las condiciones favorables, no tenemos hipotecas, ni préstamos, ni hijos por los que nunca perder el miedo. Podemos intentarlo, al menos.
Miras Túnez o Egipto y piensas, no haremos nada hasta que todo esté tan jodido que la pérdida sea diminuta y el riesgo ninguneado en comparación al dolor soportado. Pero yo me pregunto, cal arribar fins aquí? (¿Hace falta llegar hasta aquí?).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta el tema para irse a vivir a las cavernas pero hasta allí nos cobrarían impuestos Paula.
Muack.
Emma

Laura Freijo Justo dijo...

Hay que sobrevivir para intentar vivir, supongo. Un besote!