THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Hay vida entre los lugares comunes, la originalidad y el paraíso ilusorio?



Me temo que soy la reina de los lugares comunes que hace un intento, la mayoría de veces frustrado, por darles una vueltita más que les conceda una nueva grieta a través de la que mirar. Creo que esta campaña electoral, 15 M incluido, va de eso, de lugares comunes. Solo hay que recordar los mediocres titulares que dieron Rubalcaba y Rajoy -que hasta se permitió ir al examen con chuletas- el lunes pasado durante ese debate televisado de cien minutos de monotonía. Ninguna grieta en el Purgatorio; no quiero ser ceniza. ¿Es lo mismo Rubalcaba que Rajoy? No, como no es lo mismo Obama que Bush, cambian las formas y un ligero rayo de esperanza, que no sé si de facto, en el contenido; no estoy segura que forma sea contenido, como suele decirse; ¡y ojo! Sálveme Dios, sin pruebas, de comparar al Sr. Mariano Rajoy con el Sr. George Bush junior. ¿Tiene el 15 M propuestas y líderes que lleven a cabo políticas alternativas serias a lo que está pasando? No lo sé. Lo único que se puede decir a su favor -más que suficiente- es que han interrumpido con fuerza y han contagiado su entusiasmo al resto del mundo descontento y  occidentalizado. Tal vez su labor solo sea de un control sobre los políticos en el ejercicio del poder desde un movimiento pacífico que, sigo manteniendo, no está nada mal. ¿Es lo mismo el voto en blanco, la abstención, el voto a partidos pequeños y el voto útil? No, pero en contra de lo que se dice sobre si no haces uso de ese voto útil, al que apela la desesperación del partido socialista que ha visto el fondo de Despeñaperros y está, aunque intente disfrazarlo, muy asustado, si votas a una fuerza que hoy no sale contribuyes a generar una corriente de opinión favorable para próximas elecciones y puedes influir en una posible representación futura. Algunos dirán, pero es ahora que 'estem fotuts' -que suena mejor que 'jodidos'- y se precisan resoluciones inmediatas. Sin embargo, soy de la opinión que  no solo está en juego la economía de hoy sino la supervivencia de mañana. ¿Trágica? Tú dirás, la tragedia habla de otro estado de las cosas, esas que los dioses envían al hombre en forma de inevitabilidad. Dado cómo va el desarrollo del partido, yo diría que el que mejor se desenvuelve en todo esto es el que aplica aquella gran máxima de Marx, Groucho Marx, cuando afirmaba: 'estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros'. Permitidme un detallito minúsculo, durante los 100 minutos del debate la única alusión a la política medioambiental fue la exigua de Rubalcaba aludiendo al programa electoral del PP donde en lugar de llamar a las centrales nucleares por su nombre las mencionaba como 'instalaciones nucleares'; apenas un suspiro. Última aclaración sobre el subtexto de recelo que a veces vierto sobre la forma de hacer política del 15 M, asamblearia y participativa: mis años de socia en un asociación sin ánimo de lucro me demuestran la enorme dificultad que constituye un sistema horizontal en el que la gente acaba por rehuir de forma descarada la responsabilidad, quemada a veces por una lucha titánica que va a una velocidad ínfima, y cómo deserta paulatinamente y en  masa, a medida que desciende la ilusión, la asistencia al órgano máximo de poder  que es la asamblea, donde se votan las decisiones y son aprobadas por mayoría; una mayoría representada a veces, con vergüenza, por una minoría de hecho. Pero tal vez no haya que ir tan lejos:  si la gente pudiera escabullir la responsabilidad de ser presidente o presidenta de su escalera, ¿no lo haría? De ahí que tenga tantas dudas sobre todo y no de pie con bola. Mira, otro lugar común. Si es que sales de uno y te metes en otro. Arenas movedizas, claro. Y otra cosa curiosísima, no me digáis que no: solo existe el voto individual y en listas abiertas para el Senado, un órgano a la espera de remodelación que, en la práctica de sus ejercicios, no sirve para nada pero que debería servir por el supuesto trabajo que desarrollan sus miembros; conservo la buena fe, eso que no falte nunca.
En referencia a los paraísos ilusorios, el viernes noche cambié la entrevista de Albano en el 'Deluxe' por una actuación de pensapoesía. Y salí ganando, me parece. Aunque cuando llegué a casa mi madre me resumió su entrevista, que a todos los colaboradores y colaboradoras les pareció mucho más fiable, por la razón demostrada en sus opiniones y los documentos aportados, que la más espiritual y tal vez esotérica de la semana anterior de Romina. Pero como me comentó una amiga mía, a propósito de una búsqueda de una segunda opinión, el detalle que puso en tela de juicio la interpretación magistral de Albano fue cuando una de las periodistas invitadas le preguntó, pero, ¿tú has hecho nada mal en el transcurso de tu matrimonio? Y ahí le perdió la soberbia. Con lo redonda que hubiera quedado su representación -que incluyó cantar en directo- admitiendo, pues como todo el mundo, soy humano, cometo errores, en cambio el italiano dijo 'no', un 'no' sin concesiones. Pero la cosa no queda ahí. El culebrón empieza a alargarse  con la intervención de otros actores de la trama y cansa. Anoche decidí ver por enésima vez la estupenda 'Wyatt Earp' de Lawrence Kasdan, un director, por cierto, que no sé qué hace ahora y me entristece, porque contaba cosas de manera muy notable y sustanciosa. A mi resumen de la semana televisiva, a cuya programación solo me asomo para rematar el día porque no dejan de interesarme los paraísos ilusorios, debo decir que mi mayor simpatía en la parrilla del entretenimiento se la lleva, hoy por hoy y de calle, 'Tu cara me suena'. Otro acierto de Gestmusic, esta vez presentado por el todo terreno Manel Fuentes -siempre camaleónico en el tono que necesita el programa que presente, ya sea radio o tele-. La exitosa productora de programas como 'OT' o 'Crónicas marcianas', renace de sus cenizas -apuntad, otro lugar común- y cuando parece que no le quedan cartuchos siempre sale con un formato parecido pero renovado. Y desde aquí lanzo mi gran empatía con Julio Iglesias Jr. Si bien el padre nunca me conmovió, el hijo me cae estupendamente y, además, pienso que canta bien. Eso sí, espero que gane el concurso Angy, como creo que lo espera la mayor parte de la audiencia, si mi olfato no me engaña. Aún así, no me voy a perder la interpretación del primogénito de Julio Senior haciendo de Amy Whitehouse este martes que viene. Seguro que está tan impecable como gracioso. A ver si de una vez gana en esta convocatoria.
Si bien la tele y la política me entretienen y me enganchan, muestro mi pleitesía a ese trozo de territorio donde, en ocasiones, se intenta la originalidad: el Arte. Y me quedo con una apreciación certera que hacía ayer en su artículo de 'Babelia' Antonio Muñoz Molina cuando abría escribiendo: 'La gran ventaja de la ignorancia es que permite de vez en cuando la alegría del descubrimiento'. Así me pasa a mí constantemente. Recientemente con novelas de Doris Lessing, con los 'Cantos' de Friedrich Hölderling o releyendo cuentos de Borges que mi cerebro, acosado por todo lo que engullo aparte -archivos temporales, como los llama un muy buen amigo mío, susceptibles de ser eliminados pero que en mi caso mi sistema cognitivo no sabe descartar- y que aplasta la supervivencia de una memoria útil y refinada. Pero también tiene su aliciente. Releer a Borges como si nunca se hubiera sabido de su existencia es un placer exquisito, ¿no os parece?
Una última pregunta de carácter metafísico: ¿por qué cada domingo que me toca actuar en LA PAPA llueve? Debe ser que siempre que voy al pajar me pincho con la puta aguja.
'Vosotras, blandas lágrimas, no lleguéis a apagar / del todo la luz ante mis ojos. Dejad al menos, / ladronas y engañosas, que un recuerdo, / para poder morir más noblemente, sobreviva.' Del poema de Hölderlin 'Lágrimas'; 'Cantos nocturnos'.
Pero no me hagáis mucho caso, soy ignorante y lo confieso abiertamente, mejor haceos caso a vosotros mismos o a quienes consideréis de palabra fiable.

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