domingo, 17 de octubre de 2010
La belleza
Tal vez los rasgos que consideramos son bellos en un cuerpo han ido cambiando a lo largo de las épocas. Pero una persona que está gorda puede ofrecer una cara bella igualmente que una que usa una talla 36 y luce huesos en la pasarela o vomita en el lavabo de su casa. Escribía el otro día Rosa Montero que hasta los bebés tienden a acogerse más a las personas cuyos rasgos faciales son lo que consideramos más o menos bellos, es decir, una belleza más o menos estandar, que a aquellas caras que son menos afortunadas según los cánones más o menos establecidos en el imaginario común. Quiere eso decir que el ser humano busca la belleza desde sus más tiernas edades. Aunque también es cierto que la belleza, cuando una va creciendo, se va haciendo más amplia puesto que es capaz de comprender cosas que cuando niña o adolescente era incapaz de ver. Siempre me viene a la memoria esa secuencia de 'American Beauty' en la que el chico raro ha grabado la trayectoria en el viento de una bolsa de plástico en una calle cualquiera como síntoma de otra belleza.
Pero hasta para todo tipo de belleza tenemos unos máximos y unos mínimos. Por ejemplo, a la mayoría de seres humanos les dan asco gran parte de los insectos. ¿Quién no ha matado una mosca alguna vez? ¿Quién no ha sentido un profundo desprecio por una cucaracha sin atreverse a matarla bajo su zapato sólo por imaginar cómo se va a descoyuntar y a destripar bajo su presión? Leyendo 'La metamorfosis' todos y todas hemos sentido asco y compasión por ese tipo que se levanta por la mañana y tiene dificultades para moverse porque ya no es humano, es un escarabajo o una cucaracha. Kafka nos mostró también la otra cara de la moneda. ¿Cómo se siente el bicho frente a lo humano? Otro ejemplo, por poner uno más, ¿quién no ha visto 'La mosca' y no se ha espantado y asqueado con la trasformación del hombre en ese insecto que en pequeñas unidades podemos soportar pero con una embergadura humana no es imposible de imaginar? Matar ese monstruo nos parece un acto piadoso. Podemos volvernos tan inhumanos cuando algo nos parece alejado de lo que consideramos bello que deseamos exterminarlo con todas nuestras fuerzas. De ahí que los nazis lo tuvieran tan claro y en sus lecciones de buen nazi pusieran a los judíos a la altura de las ratas. Si los judíos era seres inmundos, sería más fácil eliminarlos, si son bellos como nosotros, no podemos.
Toda esta reflexión minimizada me lleva a pensar cómo tendrían que ser los extraterrestres para que nosotros los aceptáramos, suponiendo que ahí fuera haya seres vivientes que puedan viajar hasta nuestra jadeante tierra. Desde luego, mejor que no sean seres horribles a nuestros ojos porque eso nos va a llevar a una pulsión exterminadora aunque demuestren tener la intención de dialogar y convivir en paz. Sus intenciones darán igual, para que los aceptemos deben de ser lo más parecidos a nosotros, de lo contrario ya sabemos lo que pasará. De hecho en las películas los extraterrestres malos suelen ser representados por una especie de bichos asquerosos, tipo alien o tipo los lagartos de 'V' y los buenos y amigables, tipo 'Cocoon' o 'Encuentros en la primera fase' más parecidos a unas luces de figuras semblantes a lo humano. Es más, ayer veía el final de 'Contact', con una Jodie Foster empeñada en defender que el ser humano no está solo en el universo, y cuando entra en contacto con los extraterrestres, cuando establece contacto, éstos, mucho más inteligentes que nosotros, se convierten en alguno de nuestros seres queridos para establecer una relación de igual a igual, no vaya a ser que sean tan distintos que nos asustemos y queramos exterminarlos. De hecho, la forma que adquiere el extraterrestre con el personaje de Jodie Foster es la de su padre y la escena ambos caminando por una playa de lo más hermosa. Así es difícil el rechazo. De acuerdo, en ET el extraterrestre puede ser considerado objetivamente poco estimulante aunque se presente como un extraterrestre afable y algo torpe, de ahí que la niña cuando lo ve por primera vez, aquella Drew Barrymore tiernísima, grite compulsivamente pero luego se enamore igual que el resto de niños, pero recordemos que los humanos, todos malos, de los cuales sólo se muestran los pies a excepción del personaje de Peter Coyote y la madre, quieran capturarlo, estudiarlo y, de algún modo, torturarlo.
La pregunta de si estamos solos en el universo, hace siglos y siglos que nos machaca. Deseamos con todas nuestras fuerzas estar acompañados, que haya alguien ahí afuera. Hemos convenido que hay seres superiores a nosotros, para que nos protejan de todo tipo de calamidades y de otros como nosotros que nos ven como una ameneza a su cultura y a su forma de vida. Las religiones politeístas
quedaron eclipsadas por las monoteístas, que si en su inicio fueron pacíficas con el tiempo se convirtieron en guerreras y hasta exterminadoras de todo aquel o aquella que pensara o practicara otro culto diferente. Menos mal que algunas de ellas fueron expulsadas del gobierno y del estado. En realidad, estamos muy necesitados de compañía, tanto es así que si no existe nos la inventamos. Por supuesto suelen ser dioses bellos y bondadosos. Porque la belleza, curiosamente, siempre va unida a la bondad. Nos cuesta imaginar lo contrario. Aunque la religión católica se atreviera a decir que Lucifer era el ángel más bello del Paraíso. He ahí un principio para que podamos considerar a nuestros iguales, bellos como nosotros, como el verdadero diablo.
Pensaba ésta y otras cosas esta mañana soleada de domingo de octubre.
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8 comentarios:
Siempre imaginaos que son feos, retorcidos y que nos amenazan. ¿Y si fuera al contrario? Somos tan prepotentes que ni nos lo hemos planteado. ¿Y si los feos, los retorcidos y la amenaza somos nosotros? Entonces los hemos ahuyentado hace siglos Paula. Y no me extrañaría. ¡Me encantan los extraterrestres porque aún son imaginación en nuestras cabezas huecas?
Besos y feliz domingo.
Querida Rosalía, yo a veces pienso que estamos solos y otras que que nos observan porque les parecemos curiosos, pero en realidad no sé ponerme en el pellejo de un posible extraterrestre. Besos, guapa!
Paula, eso es cierto, nos resistimos a creer que estamos solos e inventamos deidades y seres superiores de otros planetas. No deja de ser paradójico que un planeta como el nuestro super poblado, se sienta solo en la inmensidad del universo. Pienso un poco como tú, si alguien nos observa se va a quedar petrificado.
Muack.
Emma.
Emma, no se si petrificados o nos miran de tanto en tanto pero ni siquiera somos interesantes para ellos. Yo qué sé, probablemente no haya nada ahí fuera. Besote!
Jo Paula, ¿por qué me quitas la ilusión de tener un rollo con una extraterrestre? Yo creo, vaya si creo. Es un tema apasionante eso de los extraterrestres y la exopolítica...por dios, que no creo, algo debe haber ahí fuera.
Pero si son feotas que no cuenten conmigo para nada...je,je,
Un besazo y feliz lunes.
Ay, Norma, eres incorregible, siempre pensando en lo único... Un besote
Yo creo que sí que existen otros seres en otros planetas, pero no tenemos suficientes recursos para descubrirlo!
Es verdad, los extraterrestres nos los imaginamos feos, ai qué gracia:) supongo que los debemos imaginar com no humanos, y por lo tanto qué podria ser más bonito que un ser humano? como que la respuesta es nada, pues ala "pa" feo!
Feliz martes!
Es lo que digo, Arlette, que como sean muy feos y que repugnen los vamos a querer exterminar de entrada porque vamos a pensar que no podemos convivir con aquello que no da miedo y asco a la vez... De todos modos es probable que estemos solos, no sé... Saludos!
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