Núria Espert en el Festival Temporada Alta

Esta temporada ir ver obras de teatro que no fueran de mis amigos se me estaba resistiendo, pero el jueves por la noche recibo un mensajito en el que se me invita a subir al Festival Temporada Alta a ver a la gran Núria Espert interpretando el monólogo de Shakespeare 'La violación de Lucrecia' y, por supuesto, respondo afirmativamente. De hecho el mensaje fue, ¿te vienes a ver mañana a la Espert en el Temporada Alta? Me chifla la idea, contesté. No necesité más información complementaria.
Era estreno oficial en Catalunya y segunda función en todo el Estado después del estreno en Ourense donde la actriz dijo en rueda de prensa que había entusiasmado. Confieso abiertamente que a mí las grandes actrices, después de haber demostrado lo que han demostrado, me apetece verlas, siendo exagerada, haciendo cualquier cosa en escena, como si salen a hacer pompas de jabón. Que no era el caso, evidentemente. En el acto, me tocó sentarme al lado de otro grande, Lluís Pascual, casualidades de ir a un estreno de la Espert. Justo antes, me encontré con una buena amiga que también asistía a la función, quedamos en bajar en coche todos juntos después.
Al acabar la función la gente aplaudió calurosamente y alguno se puso en pie. En el hall, el amigo que me había invitado y yo estábamos satisfechos y mi amiga y un amigo suyo que apareció por allí encontraban que le faltaba riesgo. La discusión duró hasta después de entrada la cena no llegando ninguna de las dos partes a ningún acuerdo ya que ni unos ni otros nos movilizábamos en sentido contrario al de nuestra opinión. Para mí, ver a la Espert en acción es un espectáculo único porque es historia viva del teatro catalán y español y que esa mujer enfrente, con la entrega que lo hizo, un texto tan complicado y tan hermoso al mismo tiempo tiene un valor incalculable. Para mí entraña un riesgo jugar en ese límite, en esa situación donde todo su prestigio se vuelve a poner en juego y gente como mis amigos, paradójicamente, pueden opinar de ella, precisamente, que su trabajo no es arriesgado. Pero para gustos, colores. Y las valoraciones y las sensaciones que se producen en un encuentro teatral dependen tanto del emisor como del receptor.
Parece ser que la temporada que viene 'La violación de Lucrecia' hará temporada en el Lliure, así que podréis juzgar el montaje por vosotros mismos.