THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

sábado, 11 de junio de 2011

Otro 'collage' de ideas sueltas


El día 14 de junio se cumplen 25 años de la muerte de uno de los más grandes escritores en lengua española que ha parido el muno: Jorge Luís Borges. Uno de los primeros, sino el primer escritor transgénero. Un escritor-lector que vio 6 veces 'La Divina Comedia', según tengo entendido. Y eso es mucho teniendo en cuenta en los años que tardó en escribir ese libro sagrado Dante y todo lo que metió ahí. A veces pienso que a Borges le pasó un poco como a Edipo, de tanto ver se quedó ciego. Y en este aniversario me gusta recordar a quien todavía no se ha adentrado por sus laberintos que siempre es buen momento para recuperar o inciarse o ambas cosas -que sería en mi caso puesto que la memoria empieza a hacerme malas jugadas- en la literatura de Borges. Desde aquí mi más encarecida recomendación.
De tanto en tanto, en 'Babelia' y otras revistas de índole cultural les da por hacer un artículo con los y las emergentes del teatro, en este caso sólo hombres: Sanzol, Del Arco y Tolcachir (argentino) son los tres que aparecen en la foto. Me he dejado el artículo para más adelante en el día, pero sí me he detenido en los destacados y converjo plenamente en 'el problema es saber si lo que cuentas es lo que quieres contar, porque hay mucho ruido de modas', dice Alfredo Sanzol. Y así es. Para bien o para mal, he contado lo que quería contar, pero también es cierto que a veces me he visto haciendo algunas concesiones. Y eso duele, aunque, si lo miras bien, solo es teatro, a pesar de ser considerado un acto sagrado por los griegos. Porque: ¿lo sigue siendo? ¿O es ya una máquina de hacer churros? Ojo, buenos churros, algunos de chocolate, pero churros en cualquier caso. Anoche le decía a una amiga querida y actriz, al final estoy con mi madre que ya no es la primera vez que me dice, 'Paula, todo va mal, al menos hazlos reír'. Y es que la risa es algo esencial. ¡Ay, una buena comedia! ¡Una comedia, por favor! En ello ando, para cumplir los deseos de mi madre. Porque los deseos de una madre son órdenes.
El otro día fui a ver 'The End' de Àlex Rigola, que se despide de la dirección del Teatre Lliure tras 8 años al frente de una de las instituciones más emblemáticas de la ciudad. Y vuelve el hijo pródigo a casa, el gran Lluís Pascual. Pues de 'The End', montada según las previas explicaciones de Rigola antes de que empezara la función -gracias por el referente al rey, mola que se te caliente la boca como al gran Rubianes, de tanto en tanto hay que rajar-, digo Rigola y su micro hablaban de que era un espectáculo montado con el espíritu de 'final de curso'. En tan solo 11 días de ensayo habían hecho lo que a continuación nos presentaron: un ejercicio creativo casi libre de autocensura. Y digo casi libre porque considero imposible la libertad absoluta a la hora de crear, llámame rígida si tú quieres. En 'The End' se agradecen muchas cosas: la frescura, la espontaneidad, la sinceridad y hasta la honestidad que pulula durante todo el metraje (es una obra-peli, un 'spaguetti western' pirandélico y hasta psicodélico). Pero sobre todo se agradece su gamberrismo masculino-tarantiniano. Fue guay, Rigola, a pesar de que la zombi se pasara toda la función con una teta fuera embadurnada de negro tizón y hasta saliera a saludar así.
Afuera sigue el gris en el cielo, pero la lluvia regenera aunque moje muchísimo. Como ayer, que me puse de agua hasta las nalgas, literalmente. Así que, que crezcan las plantas, que se bañen los ríos y los mares conserven su gesto de pureza que cada día el hombre amenaza y transgrede mucho más.
Buen fin de semana.

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