Lo he dicho muchas veces, pero lo diré
una más: no tengo ni idea de economía. Me cuesta horrores
equilibrar la mía propia. He pagado tantas cosas por inercia cuando
era cien euros más arriba de mileurista que ni te cuento, vergüenza
me da el desperdicio. Por ejemplo, las cuotas de más de un año de
gimnasio con las que probablemente hubieran podido estudiar y comer
algunos pequeños de la India o cualquier otro lugar mísero
de este planeta. Recuerdo que una vez, en una confusión de
contadores de agua pagué cuatro o cinco o seis facturas desorbitadas
hasta que me dolió el hígado y lo arreglé pero nunca conseguí
recuperar lo que di de más, se me pasó el plazo. Una cerradura que
compré el año pasado se ha jodido durante las obras y pensé que
tenía la factura pero con el lío de cajas no la encuentro, otros
sesenta euros a la basura. Y más cosas que he ido olvidando para no
sentirme la tipa más gilipollas del universo que malgasta lo que
no tiene porque otros que tienen menos cero se van muriendo con menos
nada. ¡Así que cómo demonios voy a tener nociones de cómo
arreglar la economía de mi ayuntamiento o la nacional o la
internacional o ¡la supranacional!!!
Tampoco tengo ni pajolera idea de
leyes, los entresijos interpretativos de cómo aplicar en este caso
la ley así y en aquel otro tan parecido la ley asá, me parece algo
entre flipante, fascinante y peligroso. ¿Por qué un hombre que no
ha cometido delitos de sangre puede pasarse más de veinte años en
la cárcel y otro que ha matado a su pareja sale a los diez o doce,
se echa otra pareja y la vuelve a matar? Noticias aparecidas en el
telediario de La 1. ¿Cómo es que si un muerto de hambre de la calle
no tiene papeles se le expulsa del país a patadas sin preocuparse si
morirá finalmente en su lugar de origen y a un tipo que hace uso de
su condición privilegiada obtiene licencias para obras, gana
concursos públicos amañados y se le conceden subvenciones sin
valorar a los contrincantes y es declarado no culpable o apenas le caen dos años con reducción por buen comportamiento? ¿Cómo puede ser que aquellos que roban
millones de euros apenas cumplan prisión y un pobre tipo que trafica
con pastis o roba una joyería bajo los efectos de vete tú a saber
qué se siga pudriendo para el resto porque, como dicen en las pelis,
su abogado la jodió? ¡Ah, la cuna! El que nace en un barrio de
Carabanchel tiene todas las de perder, el que da el braguetazo real
todas las de ganar. Mira, me ha salido un pareado.
La lista de campos del conocimiento que
ignoro es tan amplia que podría escribir un libro de más de mil
páginas. ¡Qué digo! ¡Cinco mil, por lo menos! Este mundo cada día
me parece más 'kafkiano' y las cucarachas y las ratas mejores seres
que los humanos. Pero de lo que sí sabemos las personas rasas y
anónimas que apenas ocupamos una casilla diminuta en el juego de la
Oca es qué es justo y qué no lo es. Dicho de un modo aún más
popular: lo que está bien y lo que está mal. Tanto si lo hace un
príncipe como si lo hace un mendigo. Aunque siento que en la defensa
del mendigo deberían existir vectores atenuantes. Hay sentencias que
resolvería mucho mejor un niño o una niña que un juez. Sí, estoy
haciendo demagogia, ¿qué pasa? Pero es que dan ganas no ya de hacer
demagogia sino de salir a la calle con el ánimo desesperado del
protagonista de 'Un día de furia', y no soy fan de Michael Douglas,
conste.
Y en estos tiempos tan difíciles, por
citar al gran Dickens, un oasis en este marasmo de miserias morales,
me da miedo pensar en la influencia de las ideologías en la
educación de los que vienen detrás, el aleccionamiento y sus
consecuencias nefastas para la conciencia futura. La alienación del
pensamiento. La masa no crítica. La colonización de la esencia del
ser humano a través de las constantes dosis de una tergiversación
de lo que está bien y lo que está mal. De la ética, de la moral.
El embadurnamiento de nuestro futuro como raza a través de la
igualización, de la mansedumbre, de la homogeneización, de la aceptación del presente
irresoluble sin opción a una puerta de salida, del sacrificio como motor, pero solo para los de abajo, claro. Porque la cuestión
no es crecimiento económicamente ergo riqueza económica ergo
felicidad. La cuestión es reparto justo de los bienes. No, perdón,
la cuestión es devuélveme mi sensibilidad y mi solidaridad porque
me la has quitado. ¡Casi lo canto a lo Bustamante!
Ahora el riesgo más inmediato es que
venga un lumbreras de estos internacionales y desvíe el foco de
atención en una interesante guerra que venda miles y miles de armas
a gentes que se matarán entre ellas y seguirán comprando más y más
armas hasta que necesiten de 'una ayuda inminente' y vayan los
principales ejércitos del mundo a poner orden y, de paso, a
apoderarse de algunas riquezas propias de esos países ya expoliados.
Pues no va una y le come la polla a otro importante y se lía una
guerra como consecuencia. Lo que hace el hombre para que
el infierno sean los otros, que diría Sartre pero en otro sentido,
claro. Yéndonos a una voz disidente de Sartre, encontramos a Camus: 'Aunque no exista nada, no todo
está permitido'. Grande, certero. Tal vez debamos volver a él, a su literatura, a su profunda y lúcida visión del ser humano, su ética inquebrantable, su pesimismo tan acorde con estos tiempos no tan distintos de los anteriores. ¿Acaso no sigue el ser humano siendo tan previsible como desde el momento en que vio en redondo e inventó la rueda? El hombre un caníval para el hombre. Chungo.
Pero hoy menos que nunca, no me hagáis
caso, seguíos a vosotros mismos o a aquel o aquella cuya voz os
ilumine en este camino angosto que a veces sigue dándonos alegrías.
Afortunadamente, también estamos rodeados de seres humanos
maravillosos, cosa que olvidamos contagiados por este virus de la
crisis que se nos está metiendo en la médula ósea para clavarse en
nuestros tuétanos. Yo podría citar a algunos, amigos y amigas todas.
Por otro lado, quisiera hoy invocar a los vivos para
que resuciten a todos los muertos que viven entre nosotros, mientras,
esta noche -por ayer, cuando escribí este texto- veré un capítulo más de 'Walking dead', por si la
invocación no logra surtir efecto; al menos ahí los muertos son de
mentira y, por si acaso no lo son, los rematan del todo. No permitas que te contagien la muerte, ahora la venden en dosis mínimas con el máximo efecto.
2 comentarios:
Comparto tus preocupaciones. Un post redondo. Abrazos.
Hester! Qué alegría me da tu visita! Creo que son cosas que nos preocupan a todo el mundo. Un abrazo, guapa!
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