(*) Artículo publicado en el número XXVI de la revista EXCODRA
(**) Fotografía de Martin Stranka
El origen de las palabras, acostumbra a
desvelar su verdadero sentido. Exento de la carga adicional que la
gente, en su uso común del lenguaje, le concede afectada por
creencias, sistemas culturales y educación familiar, nos devuelve a su sentido primigenio. Etimológicamente imaginación
procede del latín imago, -inis que significa imagen. Si el
pensamiento se expresa a menudo en ideas que pretenden conocimiento,
la imaginación habla mayoritariamente en imágenes. Imaginando
vemos. Cual profeta sobrecogido por una nueva que viniera a advertir
o a alegrar al ser humano, la imaginación nos captura para
transportarnos a una dimensión que genera realidad. Pues la realidad
no es más que aquello que vivimos, experimentamos y recordamos como
propio.
El creador o la creadora trabaja con
tres herramientas bien afinadas: imaginación, intuición e
información. Hermanastras paridas de la misma madre que abren
puertas para la construcción de esas realidades ficcionadas que
tantas veces se han convertido después en realidad. El creador o
creadora es un faro que augura, que guía en la sombra y en la luz,
una especie de zahorí que encuentra el agua necesaria para apaciguar
nuestra sed espiritual, nuestra sed de conocimiento, nuestra sed de
mañana. Imaginación e intución son visión y conocimiento
instantáneos, mientras que información es el soporte imprescindible
que da verosimilitud a las dimensiones que han generado las hermanas
mayores. La información constata el camino abierto por la
imaginación y la intuición. Recuerdo haber escrito sin saber una
escena que sucedía en un puente sobre un río importante de la
ciudad de Düsseldorf. Ese río no solo existía en mi imaginación,
también estaba en la realidad. O haber utilizado un viento de fuerte
embergadura como personaje importante en mi obra Refugio en las
Rocosas y después comprobar que el viento Chinook existe en las
Rocosas y además tiene unas características muy particulares.
La imaginación es el territorio donde
el creador y la creadora se permiten la honestidad de ser libres sin
juicios de valor. De ahí que los régimenes totalitarios intenten
siempre la conquista de las imagos colectivas a través de
propaganda y de la creación de historias alternativas que se
impongan a las que contradicen un discurso intelectual, moral y ético
únicos y colonizadores. Pero la imaginación, se reafirma aún más,
cuando es acosada, cuando hay un intento de destrucción o
transformación a la carta, porque la imaginación es uno de los
vehículos que utilizan las musas para transmitir a los diferentes
actores de la creación la diversidad de la condición humana a
través de historias múltiples, diversas, particulares y concretas
y, por tanto, universales. Y es a través de esa multiplicidad donde
la verdad emerge. Nunca la conquista de la imaginación puede llevar
implícito un sometimiento, sea de la forma que sea, del ser humano.
La imaginación es esperanza, es
compasión. Gracias a la imaginación somos capaces de ponernos en el
lugar del otro, de la otra, saber lo que sienten, lo que aman, lo que
padecen, lo que anhelan, lo que celebran. Es también una llave hacia
lo que todavía no existe en la dimensión de lo tangible, una guía
para alcanzar otro horizonte, unos zapatos nuevos para seguir
caminando hacia lo desconocido. Con la imaginación vivimos presentes
paralelos, en Barcelona y en Rapanui, en Oslo y en Johanesburgo. A
lomos de su caballo, de su elefante, de su dromedario, de su dragón,
de su nave espacial viajamos sin problemas en el tiempo, inventamos
nuevos espacios, nuevos paisajes, nuevos planetas, nuevas galaxias,
internas y externas. La imaginación es arma de construcción masiva
y es consuelo del alma. Es el ingrediente básico para aspirar a un
grado de libertad que en la vida real siempre encuentra obstáculos,
ya sean sociales, ya sean propios. Incluso es experiencia. Permitidme
otra autocita con un pensapoamiento propio. Vivamos o no lo
imaginado,/ la experiencia de lo imaginado,/ ¿cuántas veces has
vivido?
La imaginación es fe en esta senda
ignota que llamamos existencia, fe en el género humano que tantas
veces nos decepciona con su barbarie. Campo de sueños y de
despertares. Cuando se despertó, la vida seguía ahí, durmiendo a
su lado.
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