'El que no inventa, no vive', dijo Ana María Matute en su
discurso de agradecimiento por el Premio Cervantes. Y nombró la palabra
'felicidad' añadiendo la interesante pregunta de por qué le tenemos tanto miedo
a esta palabra, de ahí que haya decidido tildar este texto de fin de año como
'Feliz' y que cada uno, cada una, decida que es para él la felicidad, sin
temor, con serenidad. Siguiendo el hilo del sencillo, emotivo y genial discurso
de esta 'niña asombrada', suscribo su contundente afirmación: 'el que no
inventa, no vive'. Y doy fe de que he vivido mucho aunque a veces los
aterrizajes hayan sido algo forzosos, la carroza se haya convertido en calabaza
antes de las doce y Dulcinea se haya corporizado y almificado en una Aldonza
vulgar que cuando estaba a punto de besarla me soltó un bofetón de los que
dejan los dedos marcados. Aún así, no quisiera yo dejar pasar el resumen del
año sin reconocer el cariño, deseo, simpatía, admiración y/o empuje de algunas
mujeres que he visto en la televisión durante este último año y que por un
motivo u otro he convertido en Dulcineas aún sabiendo que jamás podré traspasar
el espejo de la pantalla que las refleja -como hizo la maravillosa Alicia- y ni
falta que hace, porque no siempre conocer es querer, que diría Snoopy. Las
bellas damas, mejor de lejos.
Ana María Matute cuya
luz mágica espero siga brillando siempre. Sus historias sin duda
quedarán entre nosotros para mantenernos por siempre jamás en un 'érase una
vez...' hipnótico que seguiremos más allá del país del olvidado rey Gudú aunque
debamos permanecer durante mucho tiempo en esa torre vigía a la espera de la
buena, la magnífica literatura que ella ha sabido inventarse para que podamos
vivirla en plenitud.
Ana Pastor, periodista de fuerza, fe y profesionalidad
inquebrantable que ha sido el azote de políticos de todos los colores en sus
desayunos de La1 y que valiente se atrevió a entrevistar a Mahmud Ahmadineyad
en Teherán sin cortarse un pelo a la hora de repreguntar cuando el polémico
político rehuía con retórica absentista el meollo de la cuestión o atacaba de
forma dudosa a Occidente y EEUU como fuente de todos los males del mundo. Que
se le cayera o no el pañuelo durante el transcurso de la entrevista, pura
anécdota.
Pepa Bueno, comunicadora total que no lee sino cuenta, como
se le contaría un cuento a un niño o como se le cuenta una buena historia a un
adulto para que se mantenga atento al discurrir de los detalles y a la verdad
del acontecimiento. Empática, sabedora de su don y editora consciente que elige
el orden de las noticias y el enfoque más adecuado. Seguramente la objetividad
no existe en periodismo, pero la televisión pública de estos últimos años,
considero, ha sido la mejor de toda la democracia. Veremos qué hace el PP
después del encontronazo de María Dolores de Cospedal con Ana Pastor. La
secretaria general del Partido Popular afirmó rotunda su descontento frente al
desigual tratamiento que recibían PSOE y PP, en detrimento, claro, de su
partido.
Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta y ministra
portavoz del gobierno español. Una mujer joven, cuarenta años, que ya le sacaba
los colores a una de sus predecesoras en el cargo, la gran María Teresa
Fernández de la Vega, en el Congreso de los Diputados cuando ambas, una en el
gobierno y la otra en la oposición, mantenían intercambios de réplicas y
contraréplicas de gran nivel político, mucho más interesantes y con más
contenido, que las de sus jefes de filas.
Ambas geminianas, ambas con enorme capacidad comunicativa, ambas mujeres
de energía y entrega. La actual vicepresidenta, vallisoletana, madre reciente
de un niño -no voy a juzgar su inmediata incorporación al trabajo, cada una
hace lo que considera oportuno-, mano derecha y escudera fiel de Rajoy aún
cuando solo cuatro apostaban por él y todo el mundo, afines o no, lo apuñalaban
para que diera paso a otros u otras candidatas, es hoy la mujer con más poder
de toda la democracia y eso unido a su trayectoria y capacidad de trabajo
merece también mi admiración.
Raquel Sans periodista de TV3 que presenta el ‘telenotícies
vespre’ y a la que veo menos de lo que me gustaría por coincidencias horarias
con Pepa Bueno, pero desde que me 'enamorara' con aquella interpretación
musical magistral de la canción ‘These boots are made for walking’ -¡que no
está en el youtube, por favor que alguien la suba!- en un programa precisamente
especial navideño de hace unos años y prosiguiera
mi idilio platónico en la distancia cuando copresentó en enorme sintonía con
otra de mis destacadas aunque solo sea en esta mención, Lidia Heredia, la
'Marató' sobre las enfermedades mentales, mi corazón también es suyo. Y es que
mi corazón es más grande que un continente. Bajo esa mirada aparentemente fría,
se esconde, intuyo, un raudal de emociones y una ironía que me compran, me
compran. ¡Vivan la Sans y la Heredia! Totalmente desaprovechadas en la cadena,
merecen retos más altos, están preparadas: ¿por qué no presentar la tarde de
TV3?
Arancha Sánchez Vicario, la mejor tenista española de todos
los tiempos regresa a la primera línea del tenis nacional como capitana recién
presentada de la Copa Federación. Como jugadora ganó cuatro Gran Slams sin
tener el talento natural de su compañera Conchita Martínez, uno de los mejores
drives de su época, solo superado por Steffi Graff, la gran artista de este
deporte. Arancha Sánchez Vicario la pionera del éxito actual del deporte
español contemporáneo: nunca, jamás olvidaré la final de Roland Garros de 1989
cuando una chiquilla que no llegaba a los dieciocho, apenas conocida en el circuito
internacional, saltó a la pista de la tierra roja de París para batirse con
Steffi Graff, bailarina perfecta de cualquier superficie, reina de reinas,
venerada por los dioses y amada por esta pobre mortal durante muchísimo tiempo,
la mejor que ha habido y habrá con el permiso de Martina. Su fe, su coraje, su
resto inquebrantable, su mentalidad inasequible al desaliento, su emoción, su
valía, su manera de superar los baches, su inocencia y esa épica que nos brindó
a todos los jóvenes que en aquellos tiempos albergábamos todavía grandes
sueños, nunca debiera olvidarse ni dejar de reconocérsele. Ni por muchos Gasol,
Navarro, Alonso, Nadal, Xavis o Inhiestas que haya dado el deporte español
puede compararse su mérito.
Misofi. O mejor dicho, otorguémosle el título que se merece
a esta reina de la televisión popular que luce su amor por una mujer de la
manera más natural, simpática, valiente, sincera y honesta que se ha visto
hasta el momento en la tele: Miss Sofi. La espontaneidad y el chorro de empatía
que despilfarra en estos tiempos grises y rácanos la hija de Bárbara Rey, icono
del destape español, a la hora de hablar de su relación sentimental con una
mujer es de premio, de aplauso, de título nobiliario. No olvidemos que en este
país aún hay integrismos que salpican con su mala baba algo tan sano y
universal como el amor. Y el amor puede sentirse solo un segundo, un minuto,
unas horas, una noche, meses, años o toda una vida, qué más da, amor es amor.
Y, por último, tres mujeres de ficción extranjeras: Khaleesi,
la última Targaryen de 'Juego de Tronos', JJ, la agente Jennifer Jareau del FBI
de 'Mentes criminales' ( http://pensapoamientos.blogspot.com/2011/04/j-j.html)
y Charlize Theron en el anuncio de 'J'adore' de Dior. Tres rubias que adoro,
absolutamente 'lovellys', por las que mi
cabeza a veces sueña despierta y mi alma de repuesto, la que tengo disponible
para los imposibles, se embadurna de ternura y deseo.
Ana María Mutute descubrió que sería escritora un día en
que al partir un terrón de azúcar vio salir una chispita azul. Esa revelación
fue su luz y su guía, sigue siéndolo. Creo que yo descubrí que sería
escribidora el día en que miré y vi a una mujer en su totalidad y supe que
sería mi faro el resto de mi vida. Desde entonces, de un modo u otro, me gustan
todas, a todas les encuentro algo. La belleza siempre está en el ojo del que
mira, dijo el sabio.
Pero no me hagáis mucho caso, hacéoslo a vosotros mismos.
Sed vuestro propio faro, vuestra propia luz, vuestra propia guía. O seguid a
aquellos que creáis sabios o con autoridad moral suficiente como para liderar
vuestros movimientos. Y no temáis a la felicidad, tal vez la felicidad solo sea
una señorita muy tímida que está deseando que la saquéis a bailar.
¡Feliz 2012!
2 comentarios:
Feliz 2012!
:D
Feliz año, Candela!
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