Mientras contemplaba
los telediarios que dedicaban un amplio resumen a las sesiones de
investidura y ahora a la presentación y el perfil de los nuevos
ministros y ministras del recién estrenado Presidente Mariano Rajoy, me invade
la sensación de que los de ciencias tienen mejor prensa y están
mejor considerados que los de letras, que empezamos a sentirnos
bichos raros aunque antes de los treinta hayamos publicado un par de
novelas y algún poemario, cosa que no es mi caso. Y aún así, malo.
Gracias a esta
desmesurada y galopante crisis -no sólo económica sino también de
valores y creencias- volvemos a tener en el poder a ésos que han
sabido vender a las mil maravillas que como ellos para las mates y la
física y química y, por ende, la economía no hay nadie. Tenemos en
el poder a los listos de ciencias, más agudos y mejor preparados
para proyectar una imagen de eficacia cuando el barco empieza a hacer
aguas, que los que estaban antes, los listos de letras, tal vez mejor
preparados en lite y hasta en filosofía -que no lógica, que es con
lo que funcionan los ordenadores y común a la matemática- pero con serias carencias en el cálculo numérico.
Esperemos pues de ellos, grandes fórmulas de solución, que no
perjudiquen más los tres grandes pilares de una sociedad moderna,
justa y solidaria: educación, sanidad y justicia. Así que de
momento, los cien primeros días de margen de confianza, por mi
parte, los listos de ciencias, los tienen. Si queréis, como
especialista y descendiente directa, otro día analizamos el
componente galaico del presidente, que no tiene desperdicio y es,
antropológicamente, fascinante. Como me dijo una muy buena amiga, el
gallego no es de derechas ni de izquierdas, es del que gasta menos.
Desgraciadamente
para mi economía y mi prestigio, en BUP -parece que vuelven los tres
años de bachillerato- me decanté por letras y, para más 'inri',
fui a dar con un novio de ciencias puras que jamás, todo sea dicho
de paso, consiguió hacerme entender por muchas veces que lo intentó,
el principio de cavación -ignoro si con uve o con be- por el cual
esos enormes trasatlánticos o buques de guerra, chatarra pesadísima,
no sólo no se hunden sino que avanzan a notables velocidades en
nudos. Avanzar en nudos, qué paradoja más grande para alguien de
letras que haya hecho un poco de psicoanálisis. Además, ya puestas
de lleno en este pequeño 'deluxe' del pasado, no solo era de
ciencias sino que también era y es del Real Madrid. No es mucho
presuponer que discutíamos, acalorada y apasionadamente con
frecuencia. Claro que dicen que los amores reñidos son los más
queridos pero pasado el tiempo intuyo que el refranero popular, de
letras, a veces falla. Aunque también es verdad que de todo aquello
queda una preciosa amistad de mucho cariño. Sigo. Menos 'deluxe' y más al grano.
Una de nuestras más
épicas y gloriosas discusiones fue cuando un día me dio por afirmar
categórica -algunos de letras lo somos- que el Barça y el Real
Madrid nunca bajarían a Segunda División. Faltó bien poco para que
mi querido primer y único novio saltara a mi yugular y no para
hacerme precisamente un chupetón:
- No es cierto -dijo
magnánimo, sin pestañear, con esa condescendencia tan propia de
los de Ciencias- Ambos tienen la misma probabilidad que el resto de
equipos de bajar a Segunda. Es pura matemática.
Entonces recordé mi
único seis en mates -siempre sacaba sobresaliente aunque lo haya
olvidado todo- en el apartado de Combinatoria y me encendí como un semáforo encallado en el rojo. La cosa alcanzó tal sulfuración que me
parece que al final me di media vuelta y me fui airada, esperando por
supuesto, que él me siguiera, que es lo que cualquier chica de bien espera que su novio haga, tenga o no tenga razón. Y no recuerdo si lo hizo, porque
cuando se enfadaba, se enfadaba.
Pasados los años,
sigo pensando que ni el Barça ni el Madrid bajarán nunca a Segunda
y en mi favor debo decir que mi exnovio, y flamante padre de familia
hoy en día, ha llegado a vestir la camiseta del Barça porque su hijo
le ha salido culé:
- Lo que no se haga
por un hijo, no se hace por nadie -me dijo en una de nuestras
últimas conversaciones la mar de orgulloso de su retoño.
Así que ahora
estamos en manos de esos que nos han sabido enchufar en el 'adn' que
son los mejores en ecuaciones de tercer grado, logaritmos, quebrados,
probabilidad y demás jungla matemático-económica del panorama
mundial. Bien, estamos en manos de ese ente llamado 'mercado' que
sigue mandando con lógica aplastante, esa misma que demuestra que ni
Barça ni Madrid bajarán nunca a Segunda y que los ricos seguirán
siendo ricos y los pobres, como siempre, ricos en sueños, sin embargo como
esta mañana ha tocado la lotería en un par de sucursales del PP de
provincias, pues mantengo mi margen de confianza, igual algo saben de
probabilidad. Además, Nicanor
Parra, un poeta grande grande que acabo de descubrir recientemente,
en uno de sus antipoemas se atrevió con la mayor diciendo,
escribiendo La derecha y la izquierda unidas jamás serán
vencidas. Lo malo es que nunca lo dejaron volver a visitar Cuba y me
temo que lo expulsaron del partido comunista o acabó saliéndose él
por desidia. Ahora bien, como me dice sabiamente mi padre, tú, de
ningún partido. Y yo, no sé si sabia, o totalmente gallega, le
respondo, no papa, no te preocupes, yo de mí misma siempre.
Pero ya sabéis, a
mí ni caso, hacédselo a quien consideréis en posesión de la
sabiduría o con autoridad moral tal como para ser luz en el túnel que
transitamos, 'vallum lacrimarum' para otros y 'dolce vita' cuando el
'love is all around'.
Bon Nadal! Boas
Festas! Merry Christmas! Feliz Navidad!
P/D: Un deseo
navideño: ¡Que vuelva el hombre del Renacimiento!
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