Nada
me ató. Me liberé de todo y me fui.
A
placeres que, medio reales,
medio
soñados, rondaban en mi alma,
me
fui en la noche iluminada.
C.
P. Cavafis
La
revolución llegó pero no era como esperaban, el exceso de espuma la desbravó. El progreso nos
invade pero no nos proporciona la paz que necesitamos. La esperanza
sigue impertérrita pero su jersey está siendo agujereado por las
polillas del interés materialista. El amor nos seduce en los veinte
segundos de un anuncio que jamás podremos obtener. El sexo fugaz
apenas ya intenta disfrazar su objetivo veraz en la magia de la intimidad, y ni siquiera importa, al menos da calor en la oscuridad.
Las ideologías hace rato que descansan en los panteones del pasado.
Los llamados líderes de la humanidad son acribillados a balazos de
saliva por lenguas viperinas que tampoco tienen alternativas, ni pócimas mágicas, ni lineas discontinuas que seguir. Mientras, el alma de cada uno enferma
poco a poco y todas buscamos otros conocimientos que siempre
estuvieron ahí pero que ahora son más necesarios que nunca. Nada
debería estar reñido con nada pues todo forma parte de nuestro
universo. Tanto lo que percibimos como lo que ignoramos pero sentimos
o presentimos.
Siempre
que el alma en virtud de una experiencia numinosa, es sometida a una
brusca oscilación, existe el peligro de que los hilos, de los cuales
cuelga, se rompan, apunta Jung en su libro de
memorias. Y si existe un alma individual es de suponer que también
exista un alma colectiva cuyos hilos no sé si están ya rotos pero
corren el peligro de romperse, a menudo siento cómo oscilan ante
tornados provocados. Los cuerpos desaparecen, los nombres los sepulta
el tiempo, las hazañas de los héroes acaban convirtiéndose en una
leyenda que pierde la fuerza de la verdad vivenciada, pero la esencia de lo que somos y de lo que podemos ser,
solo el alma la alberga y es el alma quien se expresa a través del
arte y a través de la religión, que me parecen hoy, las únicas
carreteras interesantes para acogerse al camino de la supervivencia
del ser humano con la dignidad que muchos y muchas se merecen;
porque es cierto que algunos de nuestros congéneres no merecen ni
nuestra piedad. Sí, todavía quedan en esta tierra hombres
y mujeres bondadosas dispuestas al perdón, camino imprescindible
para la regeneración de la verdad, es cierto que no
podemos condenar al género humano por la codicia de unos pocos que
sin duda, otros y otras en su posición, también caerían bajo su
influjo, pero a veces resulta tan difícil mirar con esa hondura de fe que hay que arrodillarse ante la generosidad que demuestran unos y unas pocas después de tanto atropello y dolor colectivos.
En
este post pretendía hablar de todo el proceso sobiranista que
viven en estos momentos las gentes catalanas, tanto de nacimiento
como de adopción. Pero se me va, como se puede apreciar, a otros lugares. ¿Tal vez porque me parece menor? Sí, un tema complejo que genera múltiples afectos y
desafecciones, tanto dentro como fuera. Creo que he empezado
hablando del alma porque prescindiendo de mi opinión personal, que
por supuesto la tengo, lo que me apetece reivindicar desde este
minúsculo espacio es la libertad de elección: no dejes que compren
tu opinión con la excusa del dinero.
Tanto si quieres separarte del resto como si quieres permanecer
unido. El dinero solo es un elemento de control, en el momento en que
ese elemento deja de ejercer presión sobre el individuo, los que
dominan pierden el poder sobre la gente. El dinero es la
representación material de las leyes no escritas con las que nos
teledirigen en la sociedad actual y global en la que nos
entretenemos y nos angustiamos y nos desbordamos y nos acomodamos y..., cuando solo debería ser un medio de intercambio.
Sí, claro, entrando en pormenores, hay tanto
que decir, matizar, repeler, expulsar y rechazar tanto de un lado
como del otro, que mejor callar y, llegado el momento, actuar en
consecuencia a nuestros principales valores, si es que no nos los
robado por el camino o en nuestro despiste múltiple los dejamos olvidados en
la cuneta.
A
mí las cosas que me importan son el amor, la amistad, la muerte, la
fe, la comida, la dignidad, el arte, los animales, la naturaleza,
correr, sentir mi cuerpo, la tierra y la vida en sí misma. Me sobran
las fronteras, según qué ideologías, las doctrinas inflexibles y
todo ese detritus exterminador que ha generado el hombre y que
a veces una ya piensa que forma parte del género, cuando solo
pertenece a unos pocos.
Como
artista mi compromiso no es diferente a mi compromiso como ser
humano, empieza desde que me levanto y me relaciono con la primera
persona con la que me encuentro hasta que me voy a dormir y me separo
de esa última persona con la que he intentado comunicarme. A veces tengo la
sensación de haber contribuido a algo concreto, minúsculo pero digno, a veces solo a algo
difuso e intangible, pero en cualquier caso, cada día que empieza,
lo vuelvo a intentar. Quines condicions
ha de reunir un artista occidental? Precisament les inverses a les
que necessita un polític: dinamisme, coratge, pragmatisme,
patriotisme, sentit d'Estat, tolerància; a l'artista més aviat el
que li cal és intel·ligència, imprudència, obssessió,
apatridisme, desconfiança de l'Estat, intolerància,
afirma Miquel Barceló en su Quadern d'Àfrica. Sin suscribirlo del
todo, firmo gran parte de su afirmación. ¡Riesgo! ¡Incomodidad!
¡Inconformismo! ¡Humanismo! ¡Ruptura! ¡Espíritu de
contradicción! ¡Movimiento!
Pero
como siempre, no me hagáis demasiado caso, escuchaos a vosotr@s
mism@s y actuad en consecuencia o en
absoluta incongruencia, la coherencia acostumbra a ser enemiga de
cierto tipo de evolución interesante, así que vivid al día, el
presente, el aquí y el ahora y procurad sed felices, neutr@s o
infelices, según lo deseéis. En fin, haced o no, en función de lo que consideréis oportuno, porque como dice una amiga mía, todo lo que sucede conviene y, añado, lo que no sucede, también.
Por cierto, ¿os habéis fijado qué hermoso viene este otoño? A que me vuelvo a enamorar...
Por cierto, ¿os habéis fijado qué hermoso viene este otoño? A que me vuelvo a enamorar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario