De cástings reales a imaginarios

Sóno el teléfono y supo que iba a morir. Dicen que el principio ha de ser contundente, como un golpe. El inicio de ‘La Reina del Sur’ te agarra fuerte desde la primera frase y no te suelta hasta el final. Caí fascinada por el personaje de Teresa Mendoza. A mis comadres les regalé el libro para que lo leyeran y también sucumbieron a la trepidante acción de la novela de Pérez Reverte. Incluso llegamos a fantasear con la idea de hacer un viaje por el México de Teresa Mendoza. Visitar Sinaloa se convirtió en una de nuestras complicidades.
Inmediatamente pensé en hacer la película. Por supuesto, yo escribiría el guión e Ibi le daría forma en imágenes. Durante un tiempo uno de mis pasatiempos favoritos era pensar en quién podría interpretar a la Reina. Llegué a la conclusión de que tenía que ser alguien desconocido, alguien que prestara su anonimato a la personalidad insondable de la gran Teresa Mendoza, una mujer que huyendo de la muerte había encontrado su propio destino.
Un tal Jonathan Jakuwovicz será el director y Eva Mendes la protagonista. El tal director venezolano pone como referencias a su película, ‘Scarface’ de De Palma y ‘Uno de los nuestros’ de Scorsese. Ojalá que logre una película tan brillante como sus referentes. Casi hubiera preferido alguien menos guapa y algo más racial que Eva Mendes, alguien que apuntara una personalidad ligada al concepto de simetría, ese que Reverte describe como clave de su supervivencia. Ni Al Pacino ni Robert de Niro ni Ray Liotta son lo que se dice guapos, de ahí que consigan hacer esas interpretaciones tan características, tan personales. Aunque no prejuzguemos, Eva Mendes se merece toda nuestra confianza. De Mendes a Mendoza tampoco hay tanta distancia.
Pero estoy contenta. No será por sueños. Sigo teniendo ‘Carol’ para fantasear con un casting llamativo, que haga justicia a esa gran novela lésbica. Por favor que nadie se ofenda por el adjetivo ‘lésbica’. Sé que debiera decir novela universal porque en realidad de lo que habla es de una cuestión humana universal, pero ‘lésbica’ concreta el quid de la cuestión. Básicamente porque hasta entonces, pocas o ninguna obra que planteara la homosexualidad como eje central de la trama concluía con un final esperanzador. En su día pensé en Michelle Pfeiffer o Sharon Stone, pero les ha pasado por encima la edad para interpretar a Carol. Tal vez ahora la cosa deba plantearse entre Naomi Watts, Cate Blanchett, Charlize Theron, Nicole Kidman (a pesar de su frialdad o precisamente por ella) o incluso Uma Thurman, o si se me aprieta mucho Helen Hunt. Quedaría pendiente Terese, esa chica de diecinueve años que ama a Carol con la fuerza inagotable de la juventud. ¿Quién sería Terese?
Otro día planteo el cásting de una producción española de la versión cinematográfica de ‘Tu nombre escrito en el agua’. A ver qué tal.