Proceso, proceso, proceso

Siempre es igual cuando montas una obra. Los días previos crees que falta tiempo, aire, de todo; que nada funciona. Es agónico.
Blanca Li, coreógrafa

Me atrevería a decir que todo el proceso creativo combina a veces ordenada, otras caóticamente el placer y la angustia de manera que existen momentos en los que te preguntas por qué estás haciendo eso, qué sentido tiene, le servirá a alguien y, lo que es más preocupante, me servirá a mí y otros que te dices esto soy yo y así me expreso. Montañas rusas cuyas riendas hay artistas que dominan mejor que otros. Vaivenes cuyas razones ignora la intuición, alardea el paréntesis, la admiración, el punto y la coma, la canción, la negra sobre blanca y el resto de componentes que soy incapaz de nombrar porque sólo existen en espacios inasibles de la imaginación.
Y luego están las rebajas, de la idea al hecho. La ambición te lleva a intentarlo y la realidad te sienta en el suelo para que juegues a las canicas de las posibilidades. Porque si tu imaginación no tiene límites –que los tiene– la realidad te los impone.
Y todo es proceso, proceso, proceso.
Y aunque dormir no implique siempre el descanso, vivir implica siempre un riesgo.
Por cierto que una amiga me ha recomendado el círculo negro zen, ahora es el momento de pintarlo.
Pax.