THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Un árbol en el presente


Rotundo es el fantasma de lo que una vez fuimos. ¿Podremos ser algún día otras? Revolucionarnos como si se tratara de una ideología y no de un cuerpo unido a un ser. Sin embargo la emoción nos arrastra, nos arrasa, nos deja cuencas por las que el agua no siempre fluye. ¿Cuándo se murieron los ríos que un día nos mecieron? ¿Fuimos ángeles sin alas que aterrizamos en los vientres de nuestras madres cuando el pasado sólo era una sombra? Si llegamos aquí fue por algo. Por ocupar sitio, no sólo. Puede que nunca descubramos el origen, pero las raíces las vamos hundiendo en la tierra para afianzar nuestra prole. Tanto si parimos o no, la huella de la sangre nos viaja.
Soy árbol. Tengo hojas. Algunas amarillean en otoño, pero otras conservan su clorofila, su historia, sus brotes de soledad. Siendo árbol me resulta difícil pensar en casarme. No quiero ser hoguera y arder en una chimenea para un grupo de personas que subieron a Baqueira a esquiar; con todos mis respetos por la nieve, lo digo. A mí lo que me gustaría es que, discretamente, mis raíces subterráneas se enlazaran con las raíces de otro árbol y así nuestras savias se mezclaran en una unión para nosotras. Para nuestra intimidad. Pero qué difícil es conocerse como topos, divisarse en la inmensidad del bosque donde las identidades se confunden. Y si me quedo ciega, que el tacto me salve, que a veces los cuerpos, las pieles y sus relieves dicen más que las palabras, aunque sin palabras los árboles no podamos escribir el presente.
Algún día la fotosíntesis verá el sol que la mece, estoy segura.

1 comentario:

Ripley dijo...

Como en los árboles, siempre permanece en nosotras nuestra esencia, como en ellos,vamos cambiando con las estaciones, unas veces mejor, otras peor, unos y otras dependemos de los elementos que nos rodean, nos envuelven y nos mueven. un beso