‘Me importa una mierda cambiar el mundo pero odio los abusos’, Patty Hughes, ‘Damages’. Lo bueno que tienen las series americanas son las sentencias, estas frases contundentes que contienen principios fundamentales de los personajes. Los diálogos de la vida no son tan brillantes, sólo hay que ver un rato la ratonera de Gran Hermano y las frases que se intercambian. La vida en directo, dicen.
En realidad los únicos que se preocupan por ser algo originales en sus frases son los humoristas. Y digo bien al decir ‘los humoristas’. Anoche viendo el programa de Andreu Buenafuente, me preguntaba por qué casi siempre los humoristas son chicos y algunas de sus comparsas chicas. Ahora mismo en la parrilla están los de ‘Muchachada la nui’, ‘El hormiguero’, ‘El intermedio’ y ‘Buenafuente’, si no me equivoco. Todos programas de chicos con alguna colaboración femenina, pero el peso lo llevan ellos. Si bien el Gran Wyoming está rodeado de chicas, eso es cierto. Y ‘Buenafuente’, quiero destacarlo, tiene a Ana Morgade que es divertidísima, ayer hacía un monólogo sobre los controladores aéreos que era hilarante. Sí, antes estaba ‘Noche Hache’, del cual era seguidora, me hace mucha gracia Eva Hache, su forma de lanzar sus sentencias cómicas, pero se fue. Con todo esto me da la sensación que los chicos crecen y siguen siendo niños y las niñas crecemos y nos hacemos más serias, ¡pues no! Todas hemos escuchado alguna vez, si ellos te hacen reír te ganan el corazón. ¡Reivindico la vena payasa de las chicas!
Mientras, las cosas serias siguen avanzando. De manera que ahora nos vamos a jubilar a los 67. En según que profesiones, nada que objetar, pero el de la cadena de montaje o el de la mina o la señora que limpia hasta tener que operarse las muñecas por desgaste, ¿también? No estoy yo muy de acuerdo, más cuando vivimos tiempos de jubilaciones no ya anticipadas, sino precipitadas.
Por el amor de un dios, más humor, más humor.
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