THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

viernes, 8 de octubre de 2010

El hombre del colchón y otros cuentos chinos


Es difícil ausentarse de este clima de decepción y pesimismo que está instalado en la sociedad. En la tele siguen riendo. Primero se ponen serios cuando entrevistan a políticos o intelectuales que hablan de los desastres de la crisis, pero luego aparecen los artistas, los actores, las actrices, verdaderos saltimbanquis de la vitalidad, el buen humor y el optimismo y hacen ver que no pasa nada, que todo va bien, se entusiasman con su proyecto y eso parece intentar devolver la esperanza. Every thing is gonna be ok que dicen los americanos, esa gente móvil que siempre está en permanente trashumancia, que cambian de Estado como cambian de camisa en los cuentos, por ejemplo, de Raymond Carver, vendiendo en el jardín todas sus pertenencias. Tengo alguna amiga ligera de equipaje y eso siempre me admira. Yo quiero ser una tipa ligera de equipaje. ¿Cómo lo hace? A mí me pesan los libros.
En la tele Belén Rueda hablando de su personaje en 'Los ojos de Julia', otra de género de terror presentada anoche en el Festival de Sitges. Y pienso que el género de terror, con ese oscurantismo, ya le va bien al momento que vivimos. O eso o una comedia con gran cinismo y desastre que nos despierte la carcajada sobre la desgracia propia y ajena. Belén Rueda, imposible no pensar en lo guapa que está, lo simpática y afable que es y lo mucho que ha crecido desde 'Vip noche' en Tele 5 pasando por diferentes series como 'Los Serrano' hasta llegar a su debut cinematográfico en 'Mar adentro', con esa naturalidad que despierta empatía por donde quiera que va.
El tipo que me sube el colchón, un poco tartamudo, me cuenta que antes se dedicaba a poner ascensores y que era un trabajo durísimo, que se tenía que colgar de un arnés para soldar los hierros en bloques de pisos de hasta veinticuatro plantas y mientras recoge el plástico, una vez montadas las patas del somier, me cuenta que en poco tiempo seguramente cerrarán esta empresa para la que trabaja porque se irá a otro país de mano de obra más barata y que tiene amigos policías que han emigrado a Francia o a Los Ángeles, donde cobran más y trabajan menos. Nunca lo había oído, pero no me extraña. España pronto ingresará en un grupo de países con la mano de obra baratísima, en un mercado que para ser competitivo abaratará los despidos hasta anular los derechos de los trabajadores. Y como si trabajas mucho y estás muy ocupada no piensas, nadie mirará al poder con ojos críticos. El Estado del Bienestar ha sido un gran logro, pero también un gran opio. Tal vez los pensadores o los intelectuales, pero no serán leídos ni escuchados porque nadie tendrá tiempo para hacerlo. O tal vez esté muy equivocada y esta crisis nos sitúe entre los países punteros con un mercado laboral competitivo con sueldos dignos y altos. Mariano Rajoy va diciendo por ahí que no se puede vivir en un país que tiene casi 5 millones de parados que cobran la prestación porque no sólo el Estado no puede mantener ese gasto sino que alguien tiene que cotizar a la Seguridad Social, pero no ofrece recetas curativas.
La pregunta d 'Els matins' de Josep Cuní es algo así como si se echan de menos liderazgos como el de Felipe González o Jordi Pujol y más del 85% de los que opinan contestan positivamente. Pero yo me pregunto qué harían cualquiera de estos dos ante una crisis de esta embergadura. Tal vez tendrían una mayor influencia en la sociedad por su carisma, pero el carisma también se agota y la gente deja de creer. Porque no sólo hay una crisis económica sino que nos hayamos ante una crisis absoluta de fe en el futuro, entendiendo la fe sin ninguna connotación religiosa, por favor. Ahora que tenemos más, creemos menos. Y es cierto que nadie se acuerda de los años de postguerra, o los primeros setenta con unas libertades coartadas con los grises en las calles dando leña, o los años de la transición con tanto miedo a la vuelta de un sistema totalitario. Nos hemos acostumbrado al bienestar y es el bienestar el principio que está en juego. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar por mantener ese bienestar? ¿Alguien ofrece alternativas? A mí no se me ocurre ninguna, pero también es verdad que mi cerebro es muy pequeño y mis lecturas ideológicas pocas, más bien me he nutrido de las opiniones de los medios de comunicación que siguen manejando todo el cotarro. Sí, son el cuarto poder, se supone que más que cambiar poderes los cuestionan y denuncian las injusticias, pero con la lluvia de información que nos ataca por todos sitios, el aumento de soportes, los canales de televisión que crecen cada día que pasa, lo que consiguen es nuestra parálisis. Parálisis abonada por nuestra falta de creencias y valores, así nuestra perspectiva sobre la realidad se convierte en una tormenta grande que no nos deja ver qué hay detrás. Lo único que nos queda es la evasión: internet, libros de entretenimiento, teatro sin contenido, películas vacías de pensamiento, ideologías integristas que bañan de estulticia a los ciudadanos y ciudadanas... Lo mejor, no mirar. Y esta sociedad en la que el tuerto es el rey, siempre hay alguien que manipula mucho más. Me viene a la memoria la obra 'Ensayo sobre la ceguera' del nobel recién desaparecido José Saramago. Un hombre lúcido donde los haya. También la adaptación cinematográfica era buena, al menos a mí la película, en su dureza y en su sinceridad me gustó, incluso en su narrativa, si es que con una obra de ese descarnamiento se puede utilizar la palabra gustar. Es para reflexionar. Todos estamos ciegos. Maravillosa Julianne Moore, como siempre, la única mujer que ve. No es baladí que Saramago escoja una mujer como única vidente. Él sabe.
Y hablando de premios Nobel, me voy dándole mi humilde enhorabuena a Mario Vargas Llosa, de cuya trayectoria literaria tengo nociones puesto que he leído más de un libro suyo.

8 comentarios:

Una mujer y mil imágenes, Arlette dijo...

Esta vez, si he entendido el post:)..hay muchos puntos que puedo hablar.

A mi no me gusta ser una tipa ligera de equipaje, me gusta sentirme de algun sitio.

Soy fan de Belen Rueda, en el mismo saco que Maribel Verdú, te acuerdas que un día lo hablamos?

En cuestión politica, necesitamos a alguien en quién creer, porque ya encontré muy fuerte lo de Tomás Gómez y Trinidad, el PSOE lo veo roto, no van a la una.

Besos

Laura Freijo Justo dijo...

Arlette, no estoy segura de que la solución a nuestros problemas y a los cambios que esta sociedad está pidiendo a gritos provengan de los políticos. Saluditos!

Rosalía Navarro dijo...

Yo destacaría de tu post esa mención que haces a uno de los géneros que tanto me apasionan, El Terror. Sí, vivimos un momento oscuro, España ya está fuera del G-8 y al final nos venderemos por cuatro euros de sueldo. Belén Rueda a evolucionado como actriz y eso es mucho. En la tele ríen y por ello prefiero a mi Julia Otero en Onda Cero, Paula que mujer más bien informada, que labia y como engancha. El nuevo Nobel no acaba de engatusarme, he leído varios libros suyos y me pasa como con Zoe Valdés, me cuesta digerirlo. ¡Suerte que nos queda la literatura, que crece en tiempos de crisis! Los grupos de lectura de la biblioteca de Lleida repleto con nuevos lectores. Por cierto; Feliz día de la convivencia en la blogosfera amiga.
Besos wapa.

Laura Freijo Justo dijo...

Como le he observado a Alette, cada día confío menos en el poder regenerador de los políticos, gente muy bien vestida que viaja en bussieness y que habla de entelequias y estadísticas, aislados de lo que es la calle y la realidad; y eso que confío en su buena fe, que ya es mucho aunque suene a ironía.
Por otra parte, debo decirte, querida Rosalía, que por mucho que te duela: ¡de ningún modo Mario Vargas LLosa es Zoe Valdés! Lo siento pero son radicalmente diferentes. Yo con Zoe no puedo y Mario Vargas Llosa tiene algunas novelas magistrales al alcance de muy pocos y pocas.
Recuerdo a Julia Otero y me gusta, pero no la escucho en Onda Cero. 'Feliz día de la blogosfera, querida Rosalía', aquí seguiremos. Un besazo!

juan espectador dijo...

Muy interesante el post de hoy. Juntando un poco todo, pero sin revolverlo, te diré que en la televisión se siguen riendo porque ‘show must go on’, la tele se inventó para entretenernos, como bien dices mientras tienen ocupados nuestros sentidos importantes, vista y oido, no pensamos en otra cosa, porque ¿quién reflexiona mientras ve la televisión? La literatura es exactamente lo contrario, nos da el tiempo suficiente para pensar en ella mientras leemos, imaginamos al personaje, imaginamos su casa, imaginamos su calle, imaginamos su pueblo, imaginamos a quienes le rodean, en la televisión ya esta todo hecho, siéntate y mira. Es la diferencia entre viajar en automóvil y viajar en bicicleta, que distinto se ve todo.
Del hombre del colchón me quedo con la idea que campa a sus anchas en esta sociedad que me toca sufrir, ‘mi amigo ha emigrado a … donde cobran más y trabajan menos’. Cuidado con esta idea, es una media verdad que esta destruyendo a nuestra juventud y con ella nuestro futuro.
Como me he extendido mucho de los liderazgos ya te contaré otro día, pero estamos de acuerdo en que cuando tenemos más, creemos menos, miren el planeta y busquen donde las ‘fes’ tienen más arraigo. Un saludo.

Laura Freijo Justo dijo...

Juan, es cierto que el hombre del colchón habla desde dos ejemplos concretos pero todo se convierte en un suma y sigue. Y, ¿sabes qué? Que aún siendo crítica sigo dentro y viendo televisión. Todo es muy contradictorio en esta época confusa que vivimos. Saludos y gracias por comentar, Juan, se agradece. Y cuando quieras habla de los liderazgos, es un tema muy jugoso.

Rosalía Navarro dijo...

Paula, no me duele que expreses tu opinión. Para mí la literatura hispanoamericana es difícil de digerir o repetitiva y soy consciente que con este comentario me vuelvo impopular pero yo tengo mis propios gustos literarios adquiridos de muchos años de lectura, una carrera y asistencias a foros y reuniones literarias, aún así puedo ser una friki en gustos pero soy muy honesta con mi pensamiento y si algo no me gusta por mucho Nobel que le den no me a gustar más.

Laura Freijo Justo dijo...

No mujer, no, impopular no, porque como muy bien dices, cada persona tiene su gusto, pero sí que es verdad que para mí Vargas Llosa es de los buenos. Pero Rosalía, discrepa, discrepa!