Días de re-evolución

Ahora toca reinventarse. Volver a pensarse, a transformarse. Adaptarse a las nuevas circunstancias. Tal vez metamorfosearse. Cambiar frente al espejo de la sociedad. Levantarse cada mañana con ganas de comerse el mundo, evitar que el mundo nos coma a nosotros. Que la creatividad no decaiga, que se mantenga. Que no avergüence pedir, porque como dice el refrán, quien no llora no mama. Pedir es digno cuando se ofrece algo a cambio. Y aunque no se ofrezca nada a cambio, pedir es digno si es necesario.
Nunca es tarde para cambiar el camino, la orientación hacia la que una va. No importa la edad, importa la energía, la determinación. Lanzarse sin miedo. No parar, moverse, eso sí, con sentido. Tampoco hay que dar bandazos por bandazos. La inteligencia debe servir al orden y al empuje.
Si el trabajo no viene de fuera, crear desde dentro. Mirarse bien. ¿Qué sé hacer? ¿Qué puedo ofrecer? ¿Qué puedo mejorar? ¿Hacia dónde me enfoco?
Si resistes, permaneces. Esto es una maratón, no cien metros lisos. O en cualquier caso hay cien metros ahora, cien metros después, y luego cien más y así hasta un infinito que acaba cuando tú te agotas. Porque también hay que permitirse el cansancio, sin duda vivir cansa y hay que saber recuperarse. Y rendirse de tanto en cuando también es humano.
Tantos países del globo terráqueo que viven con lo que pueden hacer en un día y el siguiente ya vendrá, que a veces se nos olvida lo privilegiados que somos. Muchas veces pienso en Argentina y en su teatro golpeador, tan humano, tan directo, de tanta calidad. Un hervidero artístico. O en amigas que en momentos de encrucijada tuvieron que volverse leones desde una piel de garza y que ahora son empresarias de talento y valor, que han sabido crecer y salir del atolladero.
Así que toca pensar sin perder comba para combatir todo aquello que paraliza. Los políticos y los medios no ayudan, por tanto, sólo son un punto referencial porque el exceso suele paralizar, y no necesitamos parálisis, sino movimiento, regeneración, creatividad, unión, solidaridad.
Son días de re-evolución, que diría Jodorowski. Re-evolucionemos, entonces.