jueves, 19 de noviembre de 2009
La placenta en el post parto
El éxito consiste en que lo que se presenta sea acogido en el tono que el autor o autora pretende, si es que pretende algo. Como en la vida, el éxito es encontrar los y las interlocutoras perfectas. Aquellas con las que intercambiar opiniones o pensamientos o sensaciones sobre lo que sucede dentro o fuera de nosotras mismas y ser recibidas de esa manera acogedora, prácticamente refugio.
Nos han calentado tanto los cascos con el éxito que vale cualquier cosa para conseguirlo. Eso parece. O al menos esto es lo que queda después de horas y horas de televisión.
Últimamente he llegado a la conclusión de que el éxito consiste en ser feliz. En estar a gusto con lo que una hace. En seguir haciéndolo. En reírse y pasarlo bien. Y si se puede llegar a más personas para que esto se contagie, mucho mejor. Hay que repartir. Una solo tiene lo que puede dar, eso decía la maestra Martín Gaite que Dios la tenga en su gloria que yo la tengo en la mía.
Ahora sale la placenta con su desolación trasera. Deja un hueco grande detrás. Son muchos días de ensayos, de cafés, de risas, de silencio, de compartir el día a día. Y eso cuesta de remontar. Por si acaso la quiere, le voy a enviar la placenta a Tom Cruise, para que se la coma, que tiene no sé qué propiedades que a mí no me hacen falta.
Abro la puerta de la terraza y se cuela el gris del día. El otoño se ha aposentado en el cielo, en las plantas y en el pulso de mis dedos que temblorosos echan de menos lo que han tenido.
Menos mal que yo sé que en la carrera hacia una misma lo más importante es no perderse en los laberintos de la ficción, aunque a veces entren ganas.
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3 comentarios:
"Menos mal que yo sé que en la carrera hacia una misma lo más importante es no perderse en los laberintos de la ficción, aunque a veces entren ganas".
Esto es de novela. Guárdalo, que yo sé que eres muy ordenada. Para cuando te dé por la novela otra vez.
p.s. qué pesada estoy dejándote notas últimamente. Será que "la obra" acerca el artista al público. Ja ja. Besos.
Hace tiempo que no pasaba por aquí. Un gusto, encontarme con esa certeza que gira, se tambalea, para retomar el curso pausado y seguro. En esa búsqueda nos encontramos. A la encaminada deriva.
Algún día, sí! Y no es poesía, se trata del café.
querida gina, no dejes de hacerlo nunca, tus comentarios son agua rica de la fuente, por ponerme naïf que es mi tono más deseado porque contiene esa inocencia imprescindible como postura ante la vida. nos vemos prontito, sí? un abrazo y seguimos!
ai, sonrisa, qué alegría más grande tu visita! ese café se logrará, seguro, tenemos toda la paciencia del mundo sin perder de vista el objetivo. un beso gordo!
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