La lavadora

Poner lavadoras me moviliza. Salir a la terraza y ver un día claro me tranquiliza, como si ante mí se despertara la oportunidad de algo. Las cosas no desaparecen porque sí. A veces el ser humano las esconde y escondiéndolas le parece que desaparecen. Los divanes de los psicólogos están llenos de personas que esconden cosas que les hacen daño. En Ascó el pleno del ayuntamiento ha decidido proponerse como opción para el cementerio nuclear, desoyendo incluso la opinión de la Generalitat. Alguien tiene que esconder los restos de nuestras inmundicias, pero todos las queremos lejos. Que si un niño tiene que nacer con dos orejas, mejor que sea en Ucrania. Eso sí, queremos todos los aparatos electrónicos funcionando a todo gas, los necesitamos.
Hay dos modos de ventilar los deshechos, mostrándolos y escondiéndolos. Aunque todos actuamos de los dos modos. Extendemos la ropa limpia y escondemos la suciedad que no podemos sacar. A veces me sorprende la capacidad de perversión que tiene el ser humano. ¿Cómo es capaz de sacar elementos de la tierra pervirtiéndolos tanto que cuando vuelven a ella le hacen un daño irreparable? Sabemos más de perversión que de bondad. Ya no es la ley de la supervivencia, es la carrera imparable hacia la conquista de otros planetas porque éste nos lo estamos cargando. Y si la tierra muere, nosotros morimos con ella. A lo mejor por eso, de tanto en tanto, conviene hacer una guerra y eliminar a unos cientos de miles de seres humanos, al fin y al cabo, tal y como nacemos morimos. Y si no, tranquilos, la madre naturaleza se ofrece enfurecida contra la agresión permanente que sufre.
Pero no preocuparse, que diría un andaluz o andaluza, tenemos fútbol, ¡fútbol! Cristiando Ronaldo deja ir el brazo contra un defensa que lo persigue insistentemente y le rompe la nariz. Oyes, que no fue intencionado, sólo quería jugar la pelota, eso no es tarjeta roja. Yo disparé, pero no quería matarlo, que dice un hondureño que parece ser que mató a un dominicano en una reyerta callejera. Aquí, eh, no en Latinoamérica.
Mira, que gire la lavadora y deje limpias las toallas, necesito extenderlas al sol y pensar que la vida es algo sencillo: lavar, secar y volver a usar.