Seis puntos y algunas frases paja para nutrir el silencio

De fondo suena Lila Downs, que hacía tiempo estaba aletargada. Marzo ataca con su sol picante, engañando como sólo sabe él al pobre caminante que duda si ponerse la chaqueta o dejar el paraguas. Marzo lo observa. Si se pone la chaqueta, los rayos serán más contundentes, si deja el paraguas en casa las nubes se condensarán en el cielo y el agua resbalará por la pátina del cielo.
Los sueños a veces aparentan una cosa y resultan ser otra. ¿Cómo no nos damos cuenta cuando son tan obvios? A veces hasta el amor soñado nos embadurna el entendimiento hasta cegarnos con su falsa luz. Menos mal que los sueños lo que hacen es volver a repasar la realidad desde otro enfoque, así que cuando despertamos sólo queda marzo y su embaucadora locura.
Estos días se ha hablado mucho de la nevada, de la incompetencia de los políticos frente a las situaciones límite, de la voz de los artistas que se posicionan políticamente, de la izquierda que no acaba de condenar abiertamente dictaduras comunistas como la cubana. Primero decir que cada uno se representa y se retrata a sí mismo. Segundo, hace tiempo que la dictadura cubana dejó de tener glamour y sus logros no son suficientes para tapar la represión de todos aquellos y aquellas que opinan diferente y nutren sus cárceles: es un régimen totalitarista y hay que decirlo alto y fuerte. Tercero, vivir en democracia significa tener que aguantar opiniones absolutamente divergentes a las tuyas y poder expresarlo sin que por ello te metan en la cárcel o te priven de tus relativas libertades. Cuarto, sí, hay otros sistemas totalitarios que no respetan los derechos humanos que merecen nuestra condena, miremos el mapa de África, sigamos con Asia… China, Corea del Norte, Irán, Myanmar, pero Cuba nos toca, entre muchas otras cosas, por proximidad histórica, de ahí que parezca que nos importa más. Cinco, por supuesto que nuestro sistema también es corrupto, plagado de intereses y manipulaciones varias, pero al menos gozamos de un porcentaje elevado de libertad de expresión, aunque no nos engañemos, la libertad total, si se quiere orden y paz, es prácticamente imposible, el control de los grandes sobre los pequeños parece inevitable. Y sexto y último, porque podría enumerar infinito y tengo cosas que hacer, la ciudad que más me gusta del mundo es Barcelona, a pesar de sus múltiples defectos.
Ahora ya sí, seguimos con la crisis que se está notando y vaya cómo se está notando. Esto no sé si lo arreglamos entre todos, pero hacemos lo que podemos.