sábado, 17 de abril de 2010
Las discontinuidad de mis creencias y paisajes oníricos varios
Ensueño es intimidad sin tiempo, dice María Zambrano en ‘Los sueños y el tiempo’. Pues en mi intimidad sin tiempo esta noche he visto colores por primera vez en mi vida. Un hecho totalmente fundamental en mi vida onírica que seguro que me está diciendo alguna cosa de mi otra vida, la que me toca vivir desde el lado racional, con un reloj sobre mi cabeza. Porque el corazón ya sabe todo el mundo que no está pendiente de mariconadas como el tiempo y el espacio. El corazón es y siente, esté donde esté y sea el tiempo que fuere.
María Zambrano, siempre tan inspiradora, también habla de la procedencia de la luz y alude a la tiniebla como el origen. La misma luz que ella se encarga de calificar como ‘infierno de la luz’ en otro de sus libros, creo que era 'Filosofía y poesía'. Y es que cuando la luz brilla tanto se convierte en un enemigo insalvable. Que se lo digan al ángel más hermoso que hubo en el paraíso, no pudo aguantar su espasmo continuado y cayó del lado de la tiniebla muy a pesar del amor que Dios le tenía. Darth Vader es el mismo ejemplo.
Luego están los ejércitos del miedo, que diría Rafael Argullol, los que nos impiden ser temerarios pero los que también nos paralizan para llegar a sitios necesarios para nuestro crecimiento personal. En los sueños, afortunadamente, solemos ser más osados, aunque podamos seguir sintiendo miedo. De hecho, cuántos sueños de persecuciones y de monstruos habremos vivido en el otro lado. Porque creo que hay que hablar de vida onírica. ¿Cuál de las dos es la real: la consciente o la de los sueños? Está claro que nos creemos más la consciente porque responde a una lógica más propia del cerebro humano, pero eso no significa que sea la más real. Ahí están grandes obras de la literatura (antorcha que alumbra con la luz de la profecía pero sin la amenaza de la religión) que dan fé de esta cuestión: ‘La vida es sueño’, de Calderón de la Barca, con ese pobre Segismundo en la caverna de los tiempos. ‘El tiempo existe para que no todo ocurra al mismo tiempo… y el espacio para que no todo te ocurra a ti’, Susan Sontag en ‘Al mismo tiempo’; pensar esto alivia, gracias Susan.
Pero en el fondo yo soy muy básica, creo en el sabor del café con leche de soja de mis mañanas, creo en mis amigos (que también me acompañan en mis sueños) y creo en la madre que me parió (que más de una vez ha sido personaje principal de mis dos vidas). En las demás cosas creo en discontinuidad, a veces sí, a veces no. Y hasta hay veces en que creo cosas diametralmente opuestas sin por ello sentir ninguna contradicción, debe ser fruto de la multiplicidad de pensamiento o de mis chorradas varias, según como se mire.
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2 comentarios:
Todo tiene su explicacióm científica.
Querida Gina, no todo o, en cualquier caso, no la única; pero se esfuerzan mucho y la verdad es que han avanzado enormemente...
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