THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

miércoles, 5 de mayo de 2010

La fama cuesta o el fenómeno Belén Esteban


Lydia siempre decía aquello de ‘buscáis la fama, pero la fama cuesta, pues aquí es donde vais a empezar a pagar: con sudor’. La serie salió de la peli ‘Fame’ de Alan Parker, año 1979 pero me declaro ignorante de la película y seguidora impertérrita desde mi adolescencia de la serie, igual la volvería a ver si la echaran de nuevo en la tele, como hice con las tres o cuatro veces que emitieron ‘Verano azul’, que nunca me cansaba de verla, una y otra vez, una y otra vez. La adoraba. Leroy Jonhson y Danny Amattulo aguantaron hasta el final de las seis temporadas, dice la Wiki. Pero hubo otros personajes inolvidables como Bruno, que tocaba el piano y cantaba, Coco Hernández o aquel profesor de apellido imposible y de origen polaco que era tan sabio y siempre acertaba con lucidez en sus escuetos juicios, Shorofsky o Julie Millar que tocaba el chelo o Jesse Velásquez y tantos otros que pasaron por la serie. Fueron tan famosos y crearon tal fenómeno que hicieron varias giras de conciertos por todo el mundo.
Sí, la fama cuesta, que se lo digan a los concursantes de Gran Hermano. Y tal y como viene se va. ¿Dónde está Debbie Allen? ¿Qué fue de Lori Singer aparte de ‘Footloose’ con un jovencísimo Kevin Bacon? Aunque eso no importa demasiado porque todas las que fuimos adolescentes en aquella época nunca olvidaremos los buenos ratos que nos hicieron pasar. En esa serie se combinaba de manera maravillosa la autenticidad con la magia de la ficción. La serie duró de 1982 a 1987, en total seis temporadas.
Ahora seguimos buscando la autenticidad, lo genuino, y aunque parezca de mal gusto para los intelectuales de pro, hay que reconocer que Belén Esteban es genuina, hay que decirlo porque lo es. Es inculta como ella misma reconoce, es cierto. Pero dice las cosas que la mayoría de personas callan. Ella las suelta a boca jarro mientras entorna los párpados –prácticamente los cierra para dar énfasis a lo que dice– en ese gesto tan característico y tan suyo. Lo dice todo sin tapujos. Dice abiertamente lo que todo el mundo piensa y se da por sabido, por ejemplo su frase reloj: ‘por mi hija ma-to’. ¿Quién no haría cualquier cosa por su hija o su hijo? Es obvio, encara que potser això no cal, però ella surt allà i ho casca i la gent senzilla ho agraeix i l’aplaudeix.
Ho confeso, a mi m’agrada l’Esteban, però en petites dosis, tota l’estona em cansa molt.
El problema es que ella no sabe que la fama cuesta y que el precio es tan alto que cuando la gente se canse de verla tendrá que irse. Espero que entonces alguien la ayude a comprender que la fama es cosa momentánea y que tal como viene te abandona.

3 comentarios:

SBP dijo...

El problema es que eso no es pensar. Y precisamente, a los intelectuales de pro les mola que así sea, porque así no tienen que pensar ellos tampoco, basta con hablar mal de la Belén.
Puaj!

Anónimo dijo...

Hey guapas me gusta vuestro blog y me quedo a seguirlo....muy buen post, me haceis pensar.
Un abrazo majas.

Laura Freijo Justo dijo...

Gina, sí, a veces basta con criticar todo aquello que no te gusta pero no dando alternativas a lo que criticas. Aunque también es verdad que la figura del o la intelectual es hacer de guardián entre el centeno... Lo que quiero decir con lo que escribo es que basta ya de prejuicios tontos, si veo telebasura, o lo que algunos llaman telebasura, la veo y punto, todo es vida y a mí la vida me mola mucho. besitos, cariño!

Norma! Qué bueno que te pases por aquí y te guste nuestra humilde morada, esperamos verte más por estos lares. saludos afectuosos