THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

sábado, 10 de julio de 2010

Una generosidad nunca correspondida


Gandhi fue un personaje extraordinario que con sus marchas y sus huelgas de hambre revolucionó un país tan complicado como la India. Lo mataron. No hay más Gandhis. Es difícil que salga en la historia de nuevo un personaje tan determinante. Ahora tenemos a Obama. Es increíble, pero habla de guerras necesarias en su discurso del Nobel. A veces hay que matar. Las mujeres a veces nos dejamos morir antes que matar, es curioso, pero nadie nos rinde homenaje ni nos subraya como grandes personajes de la historia. Debemos ser Gandhis disfrazadas. Nunca ha habido una mujer que marcara el mundo, puede que la Virgen María, pero no sabemos si es mitología. Claro que una mitología esplendorosa que sigue moviendo el mundo occidental. Como seres humanos que somos nos gustan los imposibles. Parece que al primer americano que pisó la luna le dijeron, eso es imposible, usted nunca lo logrará y él se ha dedicado a inculcarle a sus hijos la grandeza del imposible, que no se lo crean, que luchen para desterrar el ‘im’.
Somos el sueño de alguien. Puede que así sea. Es un sueño belicoso. Yo sueño mucho, pero sé que no es mi sueño. Es el sueño de otro en el que yo vivo. Y me hace algunas putadas, como si fuera un guión cinematográfico. Incluso está dispuesto, estoy segura, a sacrificarme para darme un final épico. Pero los sacrificios ahora son mucho más sofisticados. Ya no se pone el cuerpo en la pira y se extrae el corazón en vivo. Qué salvajes, pero así lo hacían los mayas, costumbre que heredaron de los toltecas, y es que cuando los toltecas llegaron y se mezclaron con los mayas les dijeron que para que los dioses les hicieran caso tenían que apostar más fuerte.
Los españoles exterminaron gran parte de la población indígena de Norteamérica (México), Centroamérica y Sudamérica, unos salvajes asesinos, los españoles digo, con su maldita ambición de oro. Pero como decían en el colegio, tal vez nunca fueron como esos genocidas ingleses que se cargaron al noventa por ciento de los indígenas norteamericanos y casi nunca se mezclaron con ellos, apenas quedan algunas reservas indias y los verdaderos norteamericanos prácticamente no existen. Nosotros fuimos otra clase de genocidas mucho más abiertos y tolerantes. En nuestra querida América Latina todavía corren leyendas como la de la Malinche con Hernán Cortés o la de la ‘Llorona’, muy parecida a la ‘Medea’ de los griegos y otras muchas que siguen siendo salvajes y asesinas y genocidas, es cierto. Pero curiosamente, los pueblos de Hispanoamericanos de aquellas latitudes, por lo que yo he podido ver, de algún modo, nos siguen viendo como recién llegados que traemos algo que ellos no tienen y nos reciben siempre con los brazos abiertos. ¡Después de todo, nos aman! Ese es el sentimiento general, el que yo pude ver cuando estuve en México.
En tres párrafos y cuanta muerte se entrevee, ¿verdad? Por eso sigue siendo, dentro de lo malo, lo mejor que el desplazamiento del campo de batalla se deslice sobre veintidós jugadores en pantalones cortos que corren y se pasan el balón como si los hubieran enchufado a la corriente eléctrica. ‘Que me perdone Don Víctor de la Concha, pero pienso que, además de la potencia y la valentía del equipo español, o al lado, abajo, junto, alienta una solidaridad del idioma. Pocos latinoamericanos se sentirían acariciados por gritos de triunfo en holandés’, Juan Gelman -gran poeta argentino y Premio Cervantes de hace poco-, ‘El País’, viernes 9 de julio de 2010. A pesar de la muerte, nos quieren. Qué generosidad nunca correspondida como se merece. A lo mejor la roja, momentáneamente y sin que sirva de precedente, el domingo se convierte en algo más que una selección.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya me parecía raro que no hablaras de fútbol...empiezas con Gandhi y acabas hablando de la roja...ja,ja,ja...eres divina Paula, di-vi-na.
Un besazo y a ver mañana...espero que si ganamos hagas una entrada a la Roja..

Rosalía Navarro dijo...

Cuanta razón tienes, ya no hay Gandhis.
Un abrazo Paula.

Laura Freijo Justo dijo...

Gracias por lo de divina, Norma, jejeje... No es que como en la mayor parte de los casos el futbol representa otras cosas, cuando menos se utilizan términos de batalla para definir jugadas y jugadores y cosas así pues es normal que empiece hablando de una cosa y al final acabe hablando de futbol, ¿no? Un abrazo!
Rosalía, ya no hay Gandhis y aunque los hubiera tú crees que estaríamos dispuestos y dispuestas a seguirlos en sus enseñanzas, yo creo que nos hemos vuelto unos descreídos, pero bueno, también seguir a alguien es algo que no me gusta demasiado porque cuando las masas siguen a alguien ese alguien acaba confundiendo el tocino con la velocidad y se cree omnipotente, en fin... Besitos, Rosalía!