THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

domingo, 1 de agosto de 2010

Las constantes dudas de Desiré


Julia era una persona muy decidida. No solía dudar en sus decisiones. Y cuando tomaba una decisión lo hacía hasta sus últimas consecuencias. Así que cuando conoció a Desiré y se enamoró de ella no dudó ni por un instante en entrarle al trapo. Desiré atravesaba una etapa de desidia y no tenía nada claro, ni siquiera qué marca de desodorante usaba. Julia se convirtió para ella en un salvavidas al que agarrarse en los días aciagos de dudas quejumbrosas. Sin embargo, Desiré nunca estuvo segura de sus sentimientos por Julia. No sabía si estaba con ella porque le solucionaba la papeleta de la cantidad de decisiones que hay que tomar al cabo del día o si era por amor verdadero. En cualquier caso a Julia parecía darle igual y cuando Desiré entraba en una espiral de dudas con respecto a su relación Julia abordaba el tema con la tranquilidad de aquel que alberga la seguridad en todos sus argumentos.
-Cariño, tú me quieres. Y no sólo me quieres sino que me necesitas y lo sabes, así que no hay más que dudar, todo está claro.
-Pero yo no lo tengo claro, Julia, la necesidad no es lo mismo que el amor
-¿Acaso no son primos hermanos? ¿Acaso no soy yo fuente de felicidad en tu vida?
-Puede que lo sean pero no son gemelos que es lo que tendrían que ser. Aunque tienes razón, la vida es más fácil desde que tú estás conmigo.
Pronto las constantes dudas de Desiré empezaron a hacer mella en Julia. Ya no estaba tan segura de sus argumentos y cada vez que Desiré le planteaba una nueva situación empezaba a ver cientos de posibilidades y le costaba mucho más tomar decisiones. Desiré se daba cuenta y Julia cada vez temía más por la relación que habían establecido, mucho más basada en la necesidad que en el verdadero amor.
Por las noches Julia empezó a salir al balcón a llorar sus penas. Desiré solía dormir profundamente pero una noche oyó un hipo algo reiterativo que provenía de la parte del salón que daba al balcón y al abrir los ojos no encontró a Julia al otro lado de la cama. Nunca había visto llorar a Julia y al asomarse al balcón y verla llorar desconsoladamente se alarmó tanto que no supo cómo enfrentar la situación ya que era la típica situación que hubiera necesitado comentar con Julia para que ésta se la resolviera. Cada día que pasaba, en Julia se hacían más ostensibles las ojeras y ese color de cara fresco y amorenado se iba convirtiendo en un amarillo apagado que la hacía parecer más bien la novia cadáver que Julia la poderosa, aquella que todos habían conocido.
Los amigos le preguntaban a Desiré qué le pasaba a Julia que estaba tan taciturna, Desiré no sabía qué contestar, si decir la verdad o mentir para tapar lo que estaba sucediendo en su relación. Desiré empezó a pensar que tal vez debía dejar a Julia porque le proporcionaba más dolor que felicidad y como solía decir la antigua Julia las cosas hay que sopesarlas en función de la satisfacción que te dan a ti y a las personas a las que afectan y si eso es así las decisiones se toman en base a esa premisa. Un día Desiré ya no pudo más.
-Julia creo que tendríamos que hablar. En los últimos meses has perdido peso, no duermes por las noches, estás inquieta, me evitas todo lo que puedes y hace más de cinco semanas que no hacemos el amor. Y además yo sigo sin saber si te necesito o te amo.
-Tienes razón.
-Julia por favor, ayúdame.
Aquí pareció que la antigua Julia tomaba las riendas de la situación.
-¿Insinúas que deberíamos dejarlo?
-Tú lo dijiste, si una cosa te causa más dolor que satisfacción lo mejor es dejarlo. Hace tiempo que no eres feliz conmigo
-Es que tengo dudas, unas dudas enormes que me acosan hasta por la noche
-A mí me pasa lo mismo y antes me ayudabas y ahora mírate, estas hecha polvo
-No hace falta que me recuerdes mi estado...
-Tenemos que tomar una decisión
-Es que no sé, Desiré, yo todavía te quiero, pero dudas tanto que ya no sé qué hacer, no puedo estar tomando decisiones por ti como he hecho hasta ahora, tienes que hacerte responsable de ti misma, no puedo seguir llevando encima todo ese peso
Desiré se quedó pensativa un buen rato y comprendió que esta decisión la tenía que tomar ella.
-Tenemos que dejarlo, será lo mejor
-Está bien, no voy a coger lucha, si lo ves así, así será. Pero, ¿estás segura del todo?
-Segura segura no, pero no veo otra salida. Ni tú puedes seguir así ni yo puedo ser más la causante de tu sufrimiento.
A partir de entonces Desiré, impulsada por la fuerza que le había dado tomar tal decisión, difícil y personal, empezó a hacerse poco a poco cargo de su vida de tal modo que al cabo de los años, cuando Julia y Desiré volvieron a encontrarse tuvieron una noche de amor loco en memoria de los viejos tiempos y Desiré se atrevió a decirle a Julia todas aquellas cosas que le gustaba que le hicieran en el amor. Julia supo entonces que su relación con Desiré había sido determinante a la hora de que Desiré superara el temblor continuo de sus dudas.

10 comentarios:

Rosalía Navarro dijo...

Fantástico relato Paula. Un amor y dudas. Decisiones difíciles. Las relaciones se pueden convertir en eso, en dependencias emocionales. El diálogo es francamente bueno, hace que me ponga en la situación.
Besos wapa.

Laura Freijo Justo dijo...

Qué guay que te haya gustado, Rosalía... Besotes!

Martina A. Britt dijo...

Hola Paula, tu relato evocan recuerdos amargos de experiencias pasadas. Las Desirés abundan y destrozan relaciones. La dependencia tiene que tener un límite en la relación afectiva, sea cual sea.
Muack.
Emma.

Laura Freijo Justo dijo...

Vaya, no era la intención remover experiencias pasadas, Emma, pero bueno, piensa que sólo es un pequeño cuento, en mi caso inventado totalmente. Un besote!

Anónimo dijo...

¡Madre mía, si está esto lleno de tráfico el blog!...ja,ja,ja. Me ha gustado mucho tu relato porque avala mi teoría; las medias naranjas no funcionan Paula...debemos conseguir ser naranjas enteras y no "colgarnos" de la pareja. La individualidad, hasta cierto punto, es muy importante para que una relación funciones. Un poco de cara si tiene la Desiré...hala que la otra lo haga todo...y ahora te dejo porque ya no me ayudas Julia...ostras, que rabia da eso.
Un besazo maja.

Laura Freijo Justo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Norma, dentro de una pareja hay dos independientes que deben seguir siéndolo. Sí, visto desde fuera Desiré tiene un poco de morro, pero es sólo un cuentecillo... Besote!

MARTA. dijo...

Es un relato que me ha enganchado. Necesitaba saber cómo acababa. Creo que un poquito de dependencia en el amor no está mal, sin excesos claro.
Saludos.

Laura Freijo Justo dijo...

Marta, es que yo creo que un poquito de dependencia en las parejas es inevitable, aunque yo más bien hablaría de necesidad, de cierta necesidad que crea el amor, no sé... De todos modos, es un relato, nada más, me alegra que te haya enganchado, me gusta que lo que escribo entretenga. Saludos afectuosos

Una mujer y mil imágenes, Arlette dijo...

Es una historia que es inventada pero es muy real, a mi me ha pasado.

Sí la dependencia como todo sin exceso, el equilibrio, para mi es fundamental

No me deja poner foto, mañana lo intento a ver si tengo más suerte!

Laura Freijo Justo dijo...

Vaya, una mujer y mil imágenes, parece que sin querer he escrito una historia 'basada en hechos reales', jejeje. Gracias por comentar y bienvenida al blog!