THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

domingo, 29 de agosto de 2010

Show must go on













'Lo que no pasa por el espectáculo no es cultura. El espectáculo se ha convertido en el valor de nuestra época', dice Mario Vargas Llosa que acaba de sacar nuevo libro, 'El sueño del celta', sobre la vida de un personaje bastante desconocido por el gran público: Roger Casament, inglés y protestante que se convirtió en independentista irlandés y católico, cuya hosexualidad vivió, al parecer, bastante represiva y discretamente. El personaje lo descubrió en una biografía de Joseph Conrad y quedó tan impresionado que decidió escribir sobre él. Lo cual me lleva a imaginarme que algún día, cuando esté muerta, puede que alguien escriba una novela sobre mí con todo el material personal escrito en mis múltiples libretas y archivos personales del ordenador. Al menos ser personaje, eso me gustaría. No es la primera vez que fantaseo con ello. Al cabo del tiempo, con la perspectiva que da el cambio de época, podemos convertirnos en interesantes incluso en nuestra menudez, sobre todo por la pasión que le ponemos a la vida, a las cosas que hacemos y a nuestra entrega en el amor y como eso queda reflejado en algún medio que conserve nuestra memoria.
Volviendo a la frase inicial debo admitir que todo es espectáculo. La televisión, por ejemplo, aparte de derivar en programas que buscan sólo el lado morboso de las personas y las miserias que todo ser humano tiene, también ha ido derivando en series que cada vez tienen más calidad. Todos los intelectuales que leo hablan de la calidad de 'Los soprano', por ejemplo, serie que no hubiera existido, desde luego, sin el precedente de 'El padrino', porque la buena televisión sigue bebiendo del cine, espectáculo popular que ha adquirido la categoría de arte gracias a obras supremas. Teniendo en cuenta que el cine era un entretenimiento de barraca en sus inicios, es absolutamente alucinante. Me fascina comprobar cómo iconos del arte pop han conseguido trascender y perdurar en otros que actualmente funcionan con las masas. No puedo imaginarme a Madonna sin Marilyn, ni a Killy Minogue, ni a Lady Gaga, todas ellas no tendrían el perfil que tienen si primero no hubiera habido esa gran alma mater que en 'La tentación vive arriba' intenta contener su vestido pulcramente blanco ante la avalancha de aire que le sube desde los pies, una imagen sin la que Marilyn no sería Marilyn. ¡Qué fuerza! Porque nadie se acordará de aquel mínimo papel que hacía junto a William Holden en 'All about Eve' ('Eva al desnudo').
El espectáculo lo es todo. Amansa a las masas. Hace que cambien de opinión en temas capitales. La gente llora, ríe, se emociona, se compadece, se enrabieta, juzga, castiga, amenaza, adquiere odios, simpatías. Desde los mass media se entretiene, se da de comer a las conciencias, ávidas de ideas, cuanto más fáciles de digerir mejor. No sencillas sino fáciles. Imaginaos a miles de millones sin entretenimiento ni sexo: ¡el horror! ¡el horror! Frase, '¡el horror!, ¡el horror!' que no se puede pronunciar sin asocialarla con 'Apocalipsis now' película y frase que nunca hubieran existido de esa manera si no hubiera tenido su precedente en el libro espléndido libro de Joseph Conrad, 'El corazón de las tinieblas'.
Hasta las noticias de los telediarios buscan el espectáculo, desde la manera de ordenar los temas, lo que en mi época se llamaba 'agenda setting', hasta la forma de darlas, desde la sonrisa o la seriedad que le ponen los presentadores que no tienen por qué ser periodistas aunque suelan serlo (cualquiera con ciertas capacidades puede leer el telepronter e interpretar el papel de donante de contenidos) hasta el encadenamiento de frases cuanto más sencillas y cortas mejor pasando por esa cadencia, esa entonación, que acaba siempre en el mismo punto. No olvidemos que hay logopedas y maestros de voz e interpretación que enseñan a transmitir los contenidos de una forma traslúcida y, cómo no, entretenida, siempre entretenida. Unos noticieros que cada vez más abren con lo que entretiene: deportes. Porque el deporte es el opio del pueblo, la religión a la que todos nos enganchamos. El deporte, que puede unir o separar incluso esa cosa llamada nación bajo la que absurdamente se agrupan las poblaciones. Véase 'Invictus', gran película del maestro Clint Eastwood, comprendedor como pocos de la actual alma humana, porque por el alma humana colectiva también pasa el tiempo. Y es que somos conciencias colectivas, espíritus colectivos cuyos mecanismos emocionales, ya lo demostró Freud, son iguales. Y la televisión es ese elemento igualador que hace que cualquier civilización, por diferente que sea, acabe acercánonos a todos en valores similares. Eso lo saben muy bien los americanos que crearon Hollywood y lo mantienen. Y fueron tan inteligentes que supieron absorber a los grandes cineastas europeos como Billy Wilder o Fritz Lang, por citar dos ejemplos conocidos. El sueño americano no es sólo un principio norteamericano, no nos engañemos, el sueño americano es un valor mundial. India, China o Brasil, como economías emergentes así lo demuestran, trabajan más que nadie por menos dinero que nadie para conseguir privilegios que aquí ya tenemos desde hace tiempo. Hace poco leía en una contra de 'La Vanguardia' una entrevista a un generador de riqueza indio que hablaba cómo el móvil ha conseguido facilitar el trabajo de un lavador de ropa indio que ya trabaja por encargo y rentabiliza así mejor su tiempo y su labor. ¿Qué quiere ese humilde trabajador? Si hurgas en sus adentros te dirá que quiere medrar, hacer dinero para que sus hijos estudien lo que él no pudo estudiar y adquieran un nivel económico al que él le gustaría acceder pero que difícilmente llegará a pesar de haber mejorado. ¿Y que hace? Hace lo mismo que cualquier padre occidental, transfiere sus sueños a la consciencia de sus hijos.
Lo importante en la sociedad actual, absolutamente globalizada, es descubrir una necesidad colectiva y hacerla llegar a las masas como algo sin lo que no van a poder vivir desde que la conozcan. Normalmente una necesidad que tenga que ver con la comunicación porque ya se sabe que la sociedad occidental vive obsesionada por mejorar sus niveles de comunicación y conseguir introducirla en eso que llaman mercado para que gire, gire, gire et voilà: you are the best, my friend.
Si eres capaz de hacer algo así, amiga, has tocado el cielo y casas, autos, viajes, prendas de marca, personal trainer, amigos y amigas, novios y novias, terrenos, aparatos de última generación, todo, absolutamente todo es tuyo. 'En la cima del mundo, mamá' como decía James Cagney en aquella maravillosa película de Rauol Wash, 'Al rojo vivo'. Aún así, nada es definitivo, y tal como subes, así bajas, esa 'otra gran frase' que suelen decir los que la sociedad ha dado en llamar 'triunfadores'. Alrededor del sueño americano se ha generado toda una terminología que califica sus diferentes piezas. Porque como cantaba aquella otra 'gran estrella del firmamento', uno de esos 'modelos que sirven de referentes' (de nuevo terminología del 'sueño americano'): 'the show must go on'.

5 comentarios:

Rosalía Navarro dijo...

Sí, todo es espectáculo, hasta el mundo de los blogs. Paula, he visto algunos que publican sus miserias para tener más comentarios pero miserias auténticas de juzgado de guardia. Y luego se meten con Norma porque ha dicho en su blog que me ha dado un beso y alegan que es morbo. Esa misma gente que explica sin pelos en la lengua, en este caso en las manos, que su padre abusó de ella que su marido la pega o que la viola. Las miserias las utilizan para todo pero que mi chica me dé un beso no es una miseria, es una alegría para el cuerpo, aunque a algunos le ofendan. Perdona, me tenía que desahogar y me lo has puesto a huevo.
Besos Paula.

Laura Freijo Justo dijo...

Pues sí, querida, que te de un beso es una cosa normal. La intimidad es otra cosa. Personalmente borré parte de este blog del principio, puesto que lo inicié en 2006, porque había algún post un tanto particular de más y no quería que siguiera colgado. Ahora, aunque hablo de cosas personaales, procuro que no sean parte de mi intimidad sino de la ficción del personaje que he construido. No te preocupes, hay gente obtusa en el mundo.
Gracias por seguir ahí. Un besote!

Una mujer y mil imágenes, Arlette dijo...

Me meto en vuestros comentarios, que tu chica te de un beso, es lo más normal del mundo, vamos que de miseria nada.

La miseria la mía que yo no tengo nadie que me los de...por Dios la envidia es malisima.

Entre dos personas que se quieren se dan besos, se tocan, hacen el amor y vamos muchisimas otras cosas más! Lo más normal del mundo.

Así que afortunada tu y Norma y la razón la tiene Paula hay gente obtusa, obtusa!

MARTA. dijo...

Hoy toca peliculas y filosofía, una buena mezcla que tú sabes agitar. He leído tu anterior entrada pero tuve problemas para dejar comentarios así que me quedé con las ganas. La informática, que me hace la pirula.
Y Emma ya me dijo en su día que las noticias abrían con los deportes y sí Paula, tú también te has percatado. Los comentarios hoy van de besos y Normas, pues mira besos para todas y al que no le guste que mire a otro lado.
Saludos.

Laura Freijo Justo dijo...

Una mujer... esto es un espacio abierto así que comenta lo que quieras...ah y no te preocupes por las novias que vienen y van... Saluditos
Marta qué bueno sería que nos besáramos más, no? Sí, hoy me ha dado por argumentar con referentes, a veces tengo estas salidas o entradas más bien, jejeje vaya, a veces la informática se alía con el diablo, ayer se me perdió un archivo que debí borrar sin darme cuenta y casi me da un ataque, menos mal que tenía copia de seguridad... Besote!