THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

viernes, 12 de agosto de 2011

Solo se me ocurre caminar


En realidad, solo se me ocurre caminar. Esta vez a orillas del Miño, ese río que cuando era pequeña y estudiábamos geografía era el más caudaloso de la Península Ibérica. Hago un alto en el camino en las pozas donde el agua caliente volcánica relaja mis tensos músculos. No sé por qué, mis manos están hinchadas. Mi amiga me dice que es la circulación, que las vaya abriendo y cerrando. Y yo le contesto que suelo caminar mucho pero nunca me había pasado algo parecido. A ella le duele el pie y coge el trenecito de vuelta, yo sigo caminando hasta o Ponte Vello. Que non é o Ponte Vello, tola, que é o Ponte Romano. Claro, pero tamén é o Ponte Bello. Y me siento absolutamente romana, por mi nombre de cuna, por la lectura que me traje de Barcelona, 'Ars Amatoria' de Ovidio y porque de algún modo, después de Grecia, los romanos nos cedieron la imperfección de su civilización y también sus ansias de conquistar, ordenar y modernizar el mundo aunque tantas veces se vertieran kilómetros y kilómetros de sangre inocente. Tampoco hemos cambiado tanto. La sangre inocente sigue corriendo en ríos abundantes que en algunos casos llevan a la conciencia colectiva y al perdón y en otros a la venganza como seudónimo de justicia o a la justicia a secas o a la barbarie directamente.
Cada día que pasa me siento más extraña en el mundo. No juzgo en demasía, observo y no encuentro respuestas. Y aunque como dramaturga tantas veces los y las de mi oficio argumenten aquello de 'yo me pregunto, no me atrevo a dar respuestas', creo que ha llegado el momento de dar respuestas aunque éstas nos lleven a nuevas preguntas. En eso los científicos siempre fueron más valientes aún con todos sus errores y todas sus exclavitudes, por ejemplo con las farmacéuticas.
Pero dejemos de lado lo que me queda tan lejos puesto que solo soy un ser chiquito que intenta descansar de tanto dolor como nos rodea y nos atosiga y nos invade. Es imposible no sentirlo. Regresemos a estos días en los que leo, intento pensar mucho menos y a veces lo consigo y camino a orillas del río Miño. Entre el avión y tierra firme leo un pequeño libro que salvé de las cajas por una simple intuición: 'Extraviadas ilustres' (10 retratos de mujer) de Ana María Moix. Una pequeña joya que con gran nitidez te introduce en la vida, obra y trayectoria de mujeres que en su época, de una manera u otra, se atrevieron a desafiar las leyes establecidas y recorrieron dificultades increíbles pero lograron con su arte vital o con su arte plasmada, 'convertirse en lo que eran', lema que cita la autora como una de las máximas de una de ellas, Natalie C. Barney, así como 'vivir sin máscara' también de la propia Barney. Es un librito que seguramente me regalaron con algún suplemento de diario hace ya muchos años -pudiera ser 'La Vanguardia', donde se publicaron estos retratos originalmente-, pero una joyita en los tiempos que corren -porque vivimos demasiado rápido, demasiado preocupados y demasiado engachados a mil cosas para conocer el pasado de algunas de nuestras precursoras a no ser que hayan llegado a ser iconos mundiales- que nos indica que el mundo siempre fue difícil para las mujeres que quebrantaron los corsés en los que se veían aprisionadas. Muchas de ellas las conocemos de sobras, desde Djuna Barnes a Coco Chanel pasando por Frida Kahlo o Camille Claudel, pero da igual, estos retratos aportan una mirada luminosa que vale la pena recorrer. Aprovecho para recomendar el artículo de hoy de la propia Ana Maria Moix en 'El País', en el apartado titulado 'Mi primera vez'.
En casa de mi amiga y benefactora, he cogido un libro de enseñanzas de un escritor que llega a millones de personas pero que suele ser desprestigiado o infravalorado por los intelectuales de pro y a mí esas cosas a estas alturas, como dice mi madre, ni plin. Es Pablo Coelho. Y la primera cita que he anotado me gustaría trasladarla aquí: 'cuando la soledad parece destruir toda la belleza, solo se puede resistir estando abiertos'.
Cualquier cosa puede iluminarte en un instante, solo hay que saber ver.

1 comentario:

Eva Hibernia la peregrina dijo...

me apunto al comentario de pablo.
te deseo un feliz curso de tus pasos por el miño,
río que me encantaba decir en voz alta cuando estudiábamos con aquellos mapas en plantilla de plástico.
que la tierra gallega te nutra
de paz y armonía,
disfruta elevado a la máxima potencia
y recuerdos a las nubes y a las meigas,
beso bonito