El
dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos.
C. S. Lewis
C. S. Lewis
Yo
tenía razón. Sólo que eso no significa
nada. Wislawa
Szymborska
En
ocasiones me despierto en la mañana con sentencias que no sé de
dónde me vienen. Quizás del otro lado. Aunque no sé si al otro
lado hay alguien. Ni cómo es ese alguien, si es que existe. Ni
siquiera sé si esto que llaman realidad va más allá de un matrix
descomunal con el que una mano oculta juega. Últimamente lo que me
apega al suelo es mi cuerpo. Única isla de la que me fío. En la que
creo y desde la que creo. Toda la vida dándole la patria potestad de
la conciencia, de la moral y de la guía a la razón y ahora, ya lo
advirtió Casandra en el poema de Szymborska, nos damos cuenta de que no importa. ¿Qué
importa que tengamos razón si el dolor nos enloquece? ¿Qué dosis
de dolor estamos dispuestos a tragar para empezar a digerir la vida?
¿Cuántas lágrimas han de verter las mujeres de esta tierra para
que los ríos secos de la incomprensión y el odio regresen a sus
cauces de compasión y vida?
Así
que me despierto en la mañana con una certeza que no sé de dónde
procede: están pagando una deuda de carga infinita y no saben cómo parar. Si el
alarido de sufrimiento de las víctimas es insoportable, el hedor que
emite la sangre de los cuerpos que lanzan las balas y dejan caer las bombas, es igualmente
insoportable. ¿Quién empezó primero? ¿Quién hizo más daño a
quién? Porque tú, porque yo. Porque, porque, porque. La razón de
nuevo nublando la compasión. Mientras, seguimos contaminando el
presente para que no haya paz en el futuro. Terrible.
Soy
creyente. Creo en la vida. Creo que las guerras, los genocidios y las
torturas organizadas pueden desaparecer. Quizás no
soy tan optimista en cuanto a las miserias cotidianas del ser humano.
Pero sí, como comunidad de la tierra siento que podemos
transformarnos. Sin embargo, mientras sigamos transmitiendo este
ensordecedor dolor a nuestros hijos y nuestras hijas, los sordos
seguirán poblando la tierra. Tierra cuyo cansancio está a punto de
darnos una gran bofetada.
Quizás
la pregunta sea: ¿sabremos vivir sin sufrimiento como especie?
(*) Foto de Gertrudis Losada
2 comentarios:
descubriendo tu blog por serendipia,d pepa a pertejo a eva hibernia,fui a parar aqui,y encantada q estoy
saludos de una interprete d lengua de signos :)
Qué bueno! Bienvenida y bienhallada, espero que disfrutes con mis escritos! Un saludo afectuoso!
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