THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

martes, 24 de junio de 2014

Todo se cumple en un reflejo de crepúsculo o cómo Julio Cortázar sigue vivo en su amiga Cristina Peri Rossi III




La precipitación y el arrebato, la creación precipitada con la esperanza de que el momento de éxtasis poético libre a la vida de su peso, nos libre del oficio de ser hombres
María Zambrano

Mi recuerdo de Cortázar en vivo remite a un estupenda entrevista en blanco y negro del mítico programa 'A fondo', de cuando el género de la entrevista televisiva se hacía en profundidad, con tiempo y sin miedo a la falta de audiencia. Cortázar fuma y le detecto una rareza simpática en la pronunciación de las erres que me parece va más allá del uso del francés en su vida cotidiana en París. Y el momento que me viene siempre a la memoria lo relaciono sistemáticamente con el cuento de los conejitos blancos. Si yo hubiera tenido un apretón, no estaría aquí. Le dice Cortázar a su entrevistador. Si la necesidad de escribir un cuento le hubiera absorbido se hubiera visto obligado a anular la entrevista, confesión pura de lo que puede suponer el proceso creativo, que sustrae y secuestra al escritor/a de manera que no hay opción a hacer otra cosa.

Las cosas no se disfrutan más si se las tiene que si se las desea
Cristina Peri Rossi

Cristina Peri Rossi sigue repasando sus recuerdos, sus experiencias y la vida compartida con Julio Cortázar en esta conferencia testimonial estupenda que va dando desde el púlpito del humor y la ternura. Se agradece sobre todo que nos acerque al hombre comprometido que cuando venía a su casa de la Meridiana dormía en una cama con la extensión de un banquito porque si no los pies, de lo largo que era, se le quedaban colgando. Que nos relate esa manera casual que tenía de dejarse caer por Barcelona los doce de noviembre, justo el día de mi cumpleaños. Nos acerca al poeta, ese escritor que creía que el grado  más alto de la escritura es la poesía. Tú no sabes la cantidad de poemas que he tirado, le confesaba. Poesía es un estado de ánimo, dice Peri Rossi. No es el verso, es la mirada poética. Julio me envió una carta con poemas que me dedicaba que me obligó a cambiar de papel, reconoce Cristina Peri Rossi que pasa de ser rapsoda a musa por obra y arte de Cortázar. Ahora era musa y puedo decir que he sentido la incomodidad de las musas. La musa es el objeto, comparte la escritora uruguaya.
No olvida Cristina Peri Rossi en su recorrido por la memoria de una época recordarnos que ser escritor es tener compromiso político y Julio lo tenía, hasta el final. Incluso cuando las posiciones políticas son difíciles de defender.
-        Yo puedo pedirle a Fidel que suelte a Reinaldo Arenas pero si no soy amigo de Fidel, ¿quién se lo va a pedir?



Con su obra y su espíritu Julio se convirtió en un símbolo de la juventud. Ser joven es ser experimental, es ser antiacadémico. Pero Julio no tenía nada que ver con el glamour. Tenía un ética de los años 70 de esas que te impiden sentirte bien si te compras un bolso Vuitton. Una de las grandes cualidades de Julio es que Julio consiguió ser siempre el mismo. Estaba tan exento del imperio del glamour, que no le gustaba la televisión. Mercedes Milá, cuando era la otra, se enteró que venía a Barcelona y lo invitó a su programa. Julio dijo que no pero yo le dije, ¿no querés hablar de Nicaragua? Ah, Nicaragua... La entrevista se realizó en los estudios de Sant Cugat y el programa le regaló un Cartier. Julio me miró cómplice e iniciamos una escena de falsa discusión que derivó en el regalo del Cartier a la azafata con las disculpas de Julio. La diferencia entre Salinger y Cortázar es que para aislarse del glamour a Julio no le hizo falta pasar por ninguna guerra.


¿Qué es la literatura? Compromiso político
Cristina Peri Rossi


Julio Cortázar responde al clarividente aforismo de Kafka: 'el escritor a veces es un reloj que adelanta'. Narra el presente y baticina el porvenir. Pero ser ese faro tanto literario como humano no le impedía disfrutar de las novelas de Corín Tellado en el trayecto de tren entre París y Barcelona, que le entretenían mucho.
Hacia el final de su conferencia testimonio, Cristina Peri Rossi lee el fragmento de una carta fechada el doce de julio de mil novecientos ochenta y uno, desde Aix en Provence, donde pasaba unas vacaciones con su mujer Carol Dunlop. Unas palabras que nos llegan como si el propio Cortázar fuera quien arrastrara de manera rara esas erres afrancesadas. Un párrafo que habla precisamente del ámbito de la vida privada del escritor. Lo que se escribe y se envía en privado no debe ser publicado tan alegremente como se hace hoy en día.


A un escritor menor siempre se le puede corregir, a uno mayor, no.
Julio Cortázar

El público asistente hubiéramos podido seguir una, tres o veinticinco horas más disfrutando de la experiencia, las anécdotas y la vida compartida de dos inolvidables amigos, Julio y Cris. Ahora vamos a esperar a la edición del libro para seguir imaginándonos cómo era todo entonces. Un lugar a medio camino entre el juego y la dificultad de vivir salvado por el ejercicio de la amistad, un territorio donde el juego era, es, sigue siendo, una cosa muy seria.
Al deshacerse los aplausos, me acerco a la mesa con una sonrisa de satisfacción que refleja no solo la vida de Julio y Cris sino también la mía propia, la de mis amig@s escritor@s. Espero que Cristina atienda a otras personas y finalmente me presento y le estrecho la mano.

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