Cada una lleva su ángel de la guarda

El libro más vendido en Sant Jordi ha sido ‘El juego del ángel’ de Carlos Ruiz Zafón. Soy una de los diez millones que leyó con fruición ‘La sombra del viento’. Victoria me había llamado entusiasmada diciéndome que había encontrado un libro ‘de los nuestros’. Lo leí en el pueblo. Entendí que estaba delante de uno de esos libros tocados por el talento que conecta directamente con el público. Y es tan difícil que eso suceda que casi es un milagro. Confesar abiertamente que estoy a favor de fenómenos como Harry Potter o Sombras del Viento, introducen a las personas en la pasión por la lectura. Y la pasión por la lectura puede aparecer en cualquier esquina del conocimiento. Y todas tenemos, conocimiento digo.
En uno de esos suplementos especiales de Sant Jordi que los diarios publican el día antes del evento, el diari ‘AVUI’ hacía una encuesta a todo tipo de personalidades conocidas. La pregunta era ‘Per què llegim?’. Y sin duda, la respuesta con la que más me identifico es la de Carme Riera: ‘Perquè allò que no ens dona la vida ens ho regalen els llibres’. Una busca en la ficción, ya sea cine o sea literatura, aquello que la vida nos niega o, por el momento, no nos entrega. La misma Carme Riera en un artículo de hoy en ‘El Periódico’ critica a Ruiz Zafon diciendo que en los textos de sus alumnos encuentra defectos pero halla la expresión de cosas que llevan dentro y no el guión con los elementos necesarios para un éxito previsible. Y en eso difiero de mi admirada escritora mallorquina. En ‘La sombra del viento’ existe la verdad de la ficción. ¿Acaso la evasión hay que valorarla en menor medida? Eso sí, cada uno busca lo que busca en la lectura.
Un día me di la vuelta y lo pillé ‘in fraganti’. Mi ángel de la guarda se había despistado leyendo un libro.