THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

martes, 27 de mayo de 2008

Latidos


Arrancar a decir algo, arrancar una raíz. A temperatura ambiente. Aunque lo que se busque sea el calor. Calor Lorca cantando saetas con voz quebrada en el hielo del lago Eden de ese Nueva York poblado de soledad. Cuando el poeta llora sabe que las lágrimas drenan el paisaje de las penas. Hay que llorar. Sin duda, hay que llorar. Apenas unos niños con su cola de dragón honran las horas muertas de los que miran por el ojo de la cerradura y no saben qué hacer para entrar y preguntar nuestro nombre. ¡Cuánto deseo en sus miradas! Y cuánta parálisis.
Bordo en la piel de los enemigos, de aquellos a los que busqué en la cruz, la letra de las grandes ocasiones. Sólo en su mirada hallo mi verdadera longitud. Porque ellos son las puertas que un día cerramos para en el momento del duelo disparar a quemarropa. No hay que renunciar nunca a atravesar los umbrales que en su día nos prohibimos.
Si no son los pájaros / cubiertos de ceniza, / si no son los gemidos que golpean las ventanas de la boda, / serán las delicadas criaturas del aire / que manan la sangre nueva por la oscuridad inextinguible (‘Panorama ciego de Nueva York’, Federico García Lorca). Y si no es la voz del vaho que emerge del frío en las tinieblas del ser, que sea tu mano de piedra la que me acerque el vientre del río que todo lo crece.
Diré mi verdad algún día, pero mientras amanece bostezo tranquila, tomo un sorbo de vida de la taza que me alcanzas y aunque tu figura se desvanece entre la niebla de mis ojos, sé que la sirena tiene piernas de mujer al otro lado de la calle y que cuando alcance la acera el paso ligero de la gente me devolverá el latido que me hace falta.

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