El sentido de la comedia

Está claro que la memoria transforma para luego amoldar el recuerdo a como mejor se acomoda en ese lugar oscuro donde se almacenan las cosas que van pasando, las cosas que vamos percibiendo. Por eso lo que voy a explicar ahora es posible que haya sufrido algunos vaivenes, pero así es como conservo yo mi experiencia con esa película maravillosa que es ‘Los viajes de Sullivan’ de Preston Sturges protagonizada por Joel McCrea y Veronica Lake.
‘Los viajes de Sullivan’ nos fue presentada por nuestro querido profesor de cine como una película de autor, de tesis. En ella un prestigioso director de cine entra en crisis y se plantea por qué hacer comedias, películas que al fin y al cabo puede que sólo sean una mirada frívola, superficial de la realidad. Al país le preocupan otras cosas, hay pobreza, miseria, hambre, la crisis económica azota al individuo medio mientras yo sigo haciendo comedietas de tres al cuarto.
Acosado por el sentido de su arte, el director de cine decide convertirse en uno de esos ciudadanos al que la pobreza y las calamidades persiguen. En su descenso a los infiernos llega a estar preso en una de esas cárceles infames de los años 30 en el sur de los Estados Unidos. Una noche todos los presos se reúnen ante la pantalla en blanco a ver una película y de pronto ocurre el milagro: ríen. Están riendo. Aquellos miserables cuyas vidas no valen un centavo para la sociedad y ni siquiera para ellos mismos tienen un momento de felicidad. La revelación de esas carcajadas confiere a Sullivan el sentido de su arte, el sentido de la comedia.
Como ya he dicho al principio, puede que todo este post adolezca de realismo y cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia, sin embargo yo lo viví así o, mejor dicho, lo recuerdo así que, para el caso, es lo mismo.