THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

martes, 8 de julio de 2008

Preparativos


Aunque mentalmente ya estoy de vacaciones, no es así. Me hallo en la fase preparativos, para cuando la realidad se acomode a mi pensamiento. Salgo de excursión a buscar esos tres o cuatro libros representativos de las autoras que citaba el otro día (Lessing, Atwood y Ginsburg) y no los encuentro en versión bolsillo en las librerías que habitualmente frecuento, así que en los próximos días me adentraré en otras que no visito con tanta asiduidad. Mira, más excursiones, con lo que a mí me gusta explorar. El caso es que paseando la mirada por montones y montones de libros me doy cuenta de la cantidad de ellos que son antes película que libro. Me detengo en ‘Washington Square’ de Henry James y sólo puedo ver a la buena de Olivia de Havilland en su soledad cerrándole la puerta a Montgomery Clift cuando éste quiere decirle que sí, que finalmente se enamoró de ella y no de su dinero. ¡Qué gran historia, pienso! Al lado está, sin orden ni concierto, otro clásico, ‘El ruido y la furia’; inmediatamente me acuerdo que mi ejemplar sigue a medias criando polvo en alguna de mis estanterías con ese verano caluroso y asfixiante del sur de los Estados Unidos donde todo es enrarecido y los puntos de vista van cambiando; y ya ni siquiera me engaño, es probable que no lo acabe nunca. Y sigo por las portadas y los títulos y los autores y las autoras, admirándolos a todos y a cada una de ellas. ¡Cuánto talento!
Pero no sólo voy a militar en la literatura escrita por mujeres, busco también una buena novela de intriga y de suspense que antropológicamente me hable del ser humano. Podría decantarme por Dona Leon, entre otras, pero la intuición me lleva por otros derroteros. He leído en algún artículo las excelencias de un par de autores. Uno sueco, un tal Stieg Larsson que tiene una trilogía que entregó justo antes de que le diera un ataque al corazón, uno de los títulos es ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’; y otro autor americano, John Connelly. Al final me he decantado por Connelly sin descartar a Larsson aunque soy consciente que con todo el trabajo que me llevo para las vacaciones no voy a poder con más de cuatro o cinco libros, a no ser que lea día y noche, cosa que no estoy segura de querer hacer. No soy una lectora tan voraz, ni tan rápida, más bien al contrario, soy bastante lenta. A ver qué tal Connelly.
¡Qué sensación más estimulante levantarte por la mañana, desayunar, mirar el día a través del balcón, acariciar un buen libro, teclear un rato en el ordenador, hablar con la familia y algunos amigos que sólo se ven en los veranos, salir a caminar, sentir el futuro como esa carta en blanco donde tus sueño más íntimos son posibles!. Y sobretodo creer que el año que comienza en septiembre va a ser, sin duda, tu año.

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