domingo, 31 de enero de 2010
Antorchas
En la vida siempre hay antorchas que de pronto guían en mitad de la noche oscura. Vienen en forma de libro, de película, de fórmula matemática, de discurso, de acto heroico, de frase ocasional, de cohete intergaláctico, de mensaje en una botella, de solidaridad, de ejemplo. Y además no necesariamente proceden de voces cuya autoridad moral ha sido siempre intachable.
Odiamos los despertadores y sin embargo son necesarios para seguir adelante. Esos despertadores se encargan de interrumpir sueños, o quien sabe si vidas paralelas. ¿Qué es real? ¿Acaso no vivimos como verdad los sueños del otro lado? ¿No será éste el otro lado y los sueños la vida? Todo es difícil de encajar en las dos dimensiones que experimentamos. De ahí nuestra bipolaridad.
Soledad Puértolas accede al sillón de la letra ‘g’ de la Real Academia de la Lengua Española; es la quinta mujer. Ganadora del premio Planeta por ‘Queda la noche’ y autora de una extensa obra entre la que destacaría por méritos propios ese excelente ensayo literario que es ‘La vida oculta’, su literatura de tintes discretos ilumina vidas anodinas que no dejan de parecerse a la nuestra. Una deja de leer autores y autoras que le gustan para descubrir nuevos, así que mi memoria, selectiva y moldeadora, tiene un recuerdo de la literatura de Soledad Puértolas como la autora de la vida sorda de personajes que podrían ser secundarios pero que en ciertos momentos su escritura resalta para que tengan su momento de gloria, o de penuria, o simplemente de vida ficticia. Nada desdeñable son también sus cuentos, me viene a la mente ‘La corriente del golfo’, con personajes que pierden la memoria, que buscan reconocimiento, que se entregan al éxtasis de un masaje o que sencillamente se dan cuenta de que de quien siempre han huido es precisamente de quien siempre estuvieron enamorados.
La literatura de Soledad Puértolas es de esas antorchas que desprenden calor y descubrimiento, vida y detalle, camino y discreción, carreteras secundarias y silencio elocuente. Enhorabuena, Soledad, lo pequeño es muy grande en ti.
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3 comentarios:
precioso homenaje! un abrazo salino y literario
muchas gracias, lena, bienvenida seas!
me mola la gente que escribe bien y no hace afán peculiar de ello... Luego en cambio están los pedantes...
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