sábado, 6 de febrero de 2010
Palabras sorpresa en el inventario de mi corazón
Tengo palabras sorpresa en el inventario de mi corazón. No las conozco, pero sé que están ahí. Igual que esos sentimientos pantera rugen en la selva amazónica de mi estómago cada vez que algunas mariposas aletean en la otra punta del mundo. A lo mejor estás en las antípodas, como una especie de doble con espejo que se refleja en mis sueños más escondidos, esos que no se recuerdan sino que los dicta una voz venida de muy lejos para dejar constancia de las existencias que tienen sentido.
El amor se manifiesta de tantas y tan distintas maneras que aún puede iluminar esta tierra. Anoche fui al cine a ver ‘The road’ dirigida por John Hillcoat y protagonizada por Viggo Mortensen y por ese niño increíble que se llama Kodi Smit- McPhee, basada fidedignamente en el libro de Cormac McCarthy. Y me emocioné como hacía tiempo que no me emocionaba en la sala oscura. El mundo que describe la película, y el libro, es un mundo horrible donde los seres humanos hemos perdido la dignidad y nos hemos vuelto ese lobo hambriento para el hombre que despedaza, esclaviza y come a sus hermanos y hermanas, pero en medio de la barbarie se alza la poesía de ese amor filial sin futuro. No voy a seguir porque me vuelvo a emocionar.
Este mundo con sol es el que conozco y amo, la sombra oscura de cualquier amenaza me desestabiliza. Ahora mis semejantes no me dan miedo, he crecido en una ciudad educada, civilizada, pero todo esto puede cambiar si el hombre se vuelve loco o si la naturaleza decide devolvernos lo que le hemos ido quitando durante todos estos siglos. Somos seres tan frágiles y a veces tan miserables que no quiero ni pensarlo. Y es probable que nuestro destino, como el de tantas otras especies que nos precedieron sea la extinción. No lo sé, duele.
Pero yo tengo palabras sorpresa en el inventario de mi corazón. Y sé que van a ir brotando en cuanto por el camino asome tu figura, que vendrá tranquila y ausente, como no sabiendo, entonces me acercaré y te sonreiré. Igual no me reconoces, estas cosas pasan, pasan de largo en ocasiones, pero si nos reconocemos será bonito descubrir juntas todas las posibilidades de nuestros mundos interiores. Para el exterior dejaremos la inquietud, el miedo y la desconfianza.
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