THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

lunes, 8 de febrero de 2010

Todos somos todo


Algún día me gustaría tener una casa nueva, sin pasado. De colores claros, luminosa, próxima a la naturaleza. Con un buen jardín que alguien me enseñaría a cuidar. Las plantas son esos seres observadores que mueren y viven en silencio mientras los seres humanos seguimos siendo las termitas del planeta. Sí, tendría muchas plantas y árboles, naturaleza viva imprescindible para un hogar feliz.
En esa casa me gustaría que hubiera niños y niñas, aunque no estoy segura de tener la generosidad que tienen algunas de mis amigas madres cuyo orden de prioridades y exigencias ha cambiado tanto desde que nacieron sus hijas. Claro que con ayuda es posible que lo consiguiera.
A lo mejor ya es demasiado tarde para dejar atrás el pasado, aparte de que no se puede. Siempre está ahí, al acecho. Y no sólo no se puede sino que no se debe ateniéndonos al discurso de la historia en el que el hombre (mayormente, porque ha sido el protagonista en el centro de poder) ha caído más de una vez en la misma piedra, en el mismo error, en el mismo exterminio. Hora de relevo, hora de revolución moral.
Este fin de semana una amiga madre cumplía cuarenta años y otra amiga madre me decía ‘si un extraterrestre nos mirara desde arriba diría que los hombres destruyen y las mujeres crean’, lo decía en serio, añadiendo que su marido es un cacho pan pero que hay cosas que no comprende por mucho que se las expliques. Y yo le confesaba que los grupos de hombres solos me producen miedo, me siento más segura entre mujeres. Es algo instintivo.
Y en esa casa habría mujeres, mi compañera, mis amigas, las amigas de mis amigas, muchas mujeres. Y no digo que ningún hombre porque mentiría, tengo algún amigo hombre sin el que no podría vivir. Y fruta, mucha fruta.
Tal vez habría también una habitación que contendría lo oscuro, lo insondable, todo aquello que una vez nos hizo ser miserables, impíos, crueles, malvados, para que las niñas y los niños de la casa sepan que todos somos todo pero que escogemos.

3 comentarios:

SBP dijo...

Ja ja!!! ¿Puedo tener un tobogán?

Lena de mar dijo...

en un espacio entre mujeres se crean sinergias muy hermosas... es lo que la antropóloga mexicana Marcela Lagarde llamaba "sororidad"

Abracitos salinos

Laura Freijo Justo dijo...

ya te pongo un tobogán, no te preocupes, ¿clásico de madera o moderno de diseño?

me apunto el concepto de 'sororidad', gracias Lena!