lunes, 8 de marzo de 2010
8 de marzo: Kathryn Bigelow y las invisibles
Nieva. Nieva descaradamente en pleno marzo. Insólito. Apetece estirarse en el sofá, coger un buen libro, como uno de los que estoy leyendo, ‘Fantasías animadas’ de Berta Marsé, y dar rienda suelta a la imaginación que propone otra.
El 8 de marzo es el día Internacional de la Mujer Trabajadora, el día en que se realizan actos, conferencias, mesas redondas, manifestaciones, se publican artículos, se muestran reportajes, en fin, se pone de manifiesto la situación actual de la mujer en el mundo. Despertarse con la noticia de que a Kathryn Bigelow le han otorgado el Óscar a la mejor dirección alegra. Resulta que hemos tenido que llegar al año diez del segundo milenio para que una mujer obtenga este galardón, si se tiene en cuenta que el cine comienza a principios del siglo pasado y que los premios de la Academia de Hollywood se inauguran en 1929 según Wikipedia, pues oye, algo es algo. Y es que las funciones de un director, de un creador, son las del demiurgo, el que crea el mundo, y todos sabemos que Dios siempre ha sido representado como un hombre, cuesta cambiarle el sexo. En honor a la verdad, todavía no he visto ‘En tierra hostil’ pero la carrera de la Bigelow no me es ajena, recuerdo perfectamente lo mucho que me gustaron ‘Le llaman Bodhi’ o ‘Días extraños’, dos películas que parecen hijas del molde americano pero que tienen un tono que consigue que se alejen de lo manido. ‘Well, the time has come’, el tiempo ha llegado, anunciaba Barbra Streisand cuando abría el sobre y veía su nombre.
Recuerdo otras épocas de mi vida cuando no me perdía ninguna gala y vivía con verdadera pasión una de las noches más largas del año. Pero todo cambia. Por cierto, estoy muy muy contenta de que haya ganado el Oscar a la mejor película extranjera ‘El secreto de sus ojos’ de Juan José Campanella, con la adorable Soledad Villamil.
Hoy, como siempre, me acuerdo de todos los millones de mujeres invisibles que sostienen en silencio el mundo y me conmuevo. ‘Las africanas son un ejemplo del papel central que las mujeres juegan en los países en desarrollo. Mantienen a sus familias y a sus comunidades, luchan para que sus hijos y sus hijas accedan a la educación y a la sanidad. Son agentes de paz, mediadoras…’ escribía ayer en ‘El País’ Maria Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno.
Cada día es un lugar que hay que transitar, mejor creando que destruyendo.
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