‘Fantasías animadas’ de Berta Marsé: un trosset de comunicació comú

Mi amiga Victoria me llamó para decírmelo: tienes que leerte ‘Fantasías animadas’ de Berta Marsé, así lo comentamos antes de que se me olvide, que es muy nuestro. Cuando Victoria dice ‘es muy nuestro’ quiere decir que utiliza un imaginario que nos pertenece a aquellas que hemos crecido compaginando la memoria audiovisual -sobre todo televisiva, más tarde cinematográfica- con la literatura más imaginativa. ¿Referentes? La reina madre Carmen Martín Gaite sobrevolándolo todo pero en su estela, tantos otros, Cortázar, Borges, Salinger, Carver, Montero, Auster, Lindo, Muñoz Molina, Grandes y mil más que se me olvidan momentáneamente… Y tenía razón, qué divertido, qué bien escrito y descrito, qué personajes tan de hoy, tan nuestros, qué historias menudas más bien trazadas, qué conversaciones tan ingeniosas en continente y contenido. Un placer, un verdadero placer.
No son cuentos cortos, lo que permite disfrutar del proceso de descubrimiento que a cada paso añade una hilaridad, un detalle o una información más curiosa que la anterior cosa que hace que suba el suflé de tal manera que, aunque el final siempre responde a otra pequeña vuelta de tuerca, suele ser lo de menos, porque la travesía ha sido absolutamente disfrutada por el lector o lectora. Y no sólo eso, en el trasfondo de su cotidianidad se distingue perfectamente la clase de sociedad en la que vivimos, con sus hipocresías, sus cariños verdaderos, sus opresiones familiares, sus rarezas, sus esclavitudes y miserias soportables.
En total siete cuentos: ‘Los Pons Pons’, ‘Lo de don Vito’, ‘Los amigos perdidos’, ‘Cocinitas’, ‘El bebé de Rosa’, ‘Gran Noche de Gala’ y ‘Las Prosperinas’. Una serie de televisión con un guionista misterioso, un perro que muere provocando una desgracia de dimensiones hiperbólicas entre dos amigas, unas amigas que se reúnen para hablar y criticar a todo lo que se les ponga por delante, unas niñas resabiadas que son más tontas de lo que parecen, una mujer que cae en la maldición de una película, otra que vive atacada por sus obligaciones cotidianas a las que tanto si quiere como si no tiene que hacer frente y ese último cuento, maravilloso, que trata, cómo no, del gran tema de la literatura, la memoria.
Desde luego, si este post no consigue abrir la curiosidad en todo aquel que lo lea es que está mal escrito.
'Fantasías animadas' es el segundo libro de cuentos de Berta Marsé tras la publicación de 'En jaque'.
Gracias Berta Marsé ‘per aquest trosset de comunicació comú’ / ‘por este trocito de comunicación común’. No lo deje, Señorita Marsé, no lo deje, que diría la Reina de las Nieves.