THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

lunes, 12 de abril de 2010

'La marca preferida de las hermanas Clausman', de Victoria Szpunberg


Sara y Valentina son dos hermanas adolescentes que viven con su madre en un pueblo con puerto de Barcelona. Estamos a finales de los años 80 y su madre es una exiliada de la dictadura argentina que huyó de su país para salvar el pellejo; tan exiliada que vive encerrada por la culpa en una habitación cuya puerta será lo máximo que veamos durante toda la obra. Sara no suele salir de casa. A Valentina, la pequeña, le gusta un chico del puerto, un pijo. Sara se ríe de ella. Valentina le pide su jersey Privata. Aquella noche se retransmite la Eurovisión pero ellas no ven la tele porque la madre la tiene apalancada en el habitación. Las dos hermanas, en lugar de jugar a ‘Los Ángeles de Charlie’ jugan a reconstruir el momento en que su madre tuvo que huir dejando en la estacada a otra compañera. Las adolescentes reproducen la historia como si la madre se hubiera quedado, hubiera sido una heroína, con lo que alimentan más, si cabe, la culpa de la madre. La imaginación como herramienta de reconstrucción de la memoria, interesante, muy interesante.
‘Las marca de las hermanas Clausman’ es la tercera obra de la trilogía de Victoria Szpunberg sobre la fragilidad de la memoria en la dictadura y el exilio argentinos. Como allá por enero, se pudo ver los lunes y los martes en la Sala Beckett la segunda parte, ‘El meu avi no va anar a Cuba’. Para esta ocasión la historia aborda el meollo de la cuestión sin la metateatralidad recurrente y muy ingeniosa que proponía en ‘El meu avi no va anar a Cuba’. La historia contiene momentos tiznados de humor pero, según avanza, nos muestra una dureza y un dolor propios de aquellas personas a las que le ha tocado sobrevivir el horror. Sara, la hija mayor, interpretada por María Rodríguez con una madurez propia de una actriz experimentada, imita a la madre y sus monsergas y en ella podemos ver nítidamente esa herida que no ha dejado de sangrar y que ha contaminado su vida con las niñas. Valentina, o Valen, personaje interpretado por Diana Torné con un punto de candidez maravilloso, tiene la suerte de salir de esa casa contaminada de pasado. Al menos va al puerto y roba ropa en la tienda de la plaza. Porque ellas son europeas aunque reproduzcan obsesivamente ese momento en el que su madre no pudo ser una heroína como a ellas, en su bendita inocencia, les hubiera gustado.
La obra no sólo es una búsqueda del sentido último de la culpa sino un retrato de todos y todas las que en los ochenta éramos adolescentes en este país de países llamado España. Una generación que no veía el momento de volver del cole y poner la tele para ver la peli o la serie que echaban ese día. De pronto ver esa verdad en escena os aseguro que remueve la memoria y te pone delante de tu propia vida, de ahí esa mezcla de nostalgia y dolor a la que contribuye una escenografía muy de la época.
‘La marca preferida de las hermanas Clausman’ está dirigida por Gloria Balañá que, como me apuntó la propia Victoria a la salida del teatro el viernes, realiza una labor de humildad y de servicio total a favor del texto y sus complejidades muy loable. En algunos momentos musicales hubiera sido fácil caer en histrionismos o búsqueda de risa complaciente cuando se trataba más bien de transmitir el espíritu verdadero de aquella generación que vio el cambio de la tele en blanco y negro a la tele en color.
La obra estará en cartel hasta el 25 de abril en el Tantarantana Teatre. Id a vedla y luego me contáis, vale la pena.

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