THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

miércoles, 6 de octubre de 2010

No fui yo


Llueven vacas desde el cielo. Mugen los seres humanos en un intercambio de roles sin cuernos. Las mujeres se ponen bien los pechos y siguen adelante. Tiran de los niños hacia el futuro. Algunos hombres apartan unos pocos cadáveres. Puede que alguna que otra vaca no haya caído de pie. En lugar de hojas, vacas. No podemos enterrarlas en fosas comunes, hay que averiguar el nombre, inscribirlo en las lápidas. Parecen suicidios si no fuera que bajan de las nubes todo el mundo diría que están cansadas de escucharnos, de vernos sufrir, de vernos trabajar hacia la nada y ahora han decidido volver adonde salieron.
Los libros se escriben solos porque los escritores los encerraron los soldados en las cárceles. A nadie les interesaba su voz. Pero dejaron órdenes por escrito para que el libro adquiriera un estatus independiente. Algunos hacen huelga de hambre, otros comen miseria, deshonor y humillaciones y varios vomitan eruptos de cansancio y grumos de rebeldía. Sus cuerpos cada día son más invisibles.
Los filósofos se encargan de librar la batalla en el ágora pero no se sabe si están a favor de sí mismos o en contra de lo que dicen. Muchas veces sus palabras se cambian de lugar y las frases no tienen sentido. El público se cansa de mirarlos y va a los teatros pero en los teatros no hay actores ni actrices, sólo papeles sueltos en los escenarios. En un rincón, un resucitado Shakeaspeare ha perdido la memoria y Lope ya no sabe escribir comedias. Se pasan el día peleándose por aquello que no tienen.
También la sed. Hace sed en las esquinas, los monos no saltan pero se siguen pareciendo mucho a los hombres. Las mujeres por contra se han vuelto un poco más lobas, más protectoras con la manada. Alguien ha visto pasear a los ciegos que cantan canciones en silencio. El silencio sí tiene música. Pero aún así esperamos las notas, los instrumentos, el recuerdo.
Unos extraterrestres que nos seguían desde otra galaxia han perdido el hilo de nuestra historia. Parece que estamos del revés, pero en verdad no sólo es la desorientación, es también el tumulto de unas ideas que siguen en los estómagos vacíos y no llegan al paredón. Cualquiera diría que nuestro mundo ha perdido el oremus. Pero la reina sabe que es otro orden, otro lenguaje que se está probando en la faz de la tierra, porque el anterior no funcionaba.
Eso sí, al rey le han cortado la cabeza y va metido en una caja que a su vez está dentro de una película, una road movie de una ama de casa que como no sabe hacer la revolución y hace camino al andar.
En el centro de la tierra los mods están pensando en volver a salir para engullir a algunos hombres y a algunas mujeres pero como son azules temen mezclarse con el cielo y que las vacas que están cayendo, que todavía caen y caen, los chafen matándolos.
No se sabe si hay solución o si alguien la busca o si sólo es una pesadilla, pero para ser una pesadilla tiene muy poco sentido y ya se sabe que los sueños malos acaban por significarse en el diván de las psicólogas. Y las psicólogas han sacado sus despachos a las calles, tienen mucho trabajo. A su lado puzzles y puzzles y los matemáticos intentando resolver las conjeturas del universo. Van a destajo. Es cierto que la matemática es una ciencia exacta pero es tal el desorden que mientras los matemáticos ordenan, el resto va deshaciendo. ¡Y así no se puede trabajar! Gritan con la tiza en la mano, como si fuera un arma con futuro.
La muerte de internet ha provocado mucho llanto, ya lo sé. Yo misma he llorado más de treinta días alimentando así el cauce del río de los ahogados, que son unos cuantos que después de pasarse del surf a la pesca de la trucha echaron de menos la tabla y las olas y no supieron regresar a la sal. Ahora bien, los terroristas han depuesto sus pistolas, como intentando contribuir a la salvación, pero llegan tarde, nadie puede juzgarlos y sienten que no tienen razón de existir. ¿La política? ¿Pero qué salida es esa para unos tipos que se han pasado la vida asaltando bancos y haciendo volar por los aires coches y edificios? Además los políticos se han quedado sordos y deambulan por los pasillos de los Parlamentos en busca de sí mismos. Son almas en pena, más fantasmas que vivos.
Ahora la gente emigra pero no va a ningún sitio.
Se espera el mesías, vaya, pero no hay mujer que quiera albergar en su útero al nuevo dios y así un dios no quiere salir. El milagro tendría que ser espectacular y no tiene prisa por comprender. Está cansado de mirar así que se ha unido a los extraterrestres y quiere cambiar de galaxia.
Escribo todo esto a bote pronto, mientras sigo viendo a las vacas caer del cielo y mi niño aúlla como un lobezno. No tengo ni idea de lo que me espera dentro de un rato. El papel se acaba y la tinta se corre. Si tuviera que elegir una palabra: vida. Pero me parece que nadie está por la labor. Así que escribo tierra y guardo el papel en una botella que voy a utilizar para frenar a este mod que quiere llevarme a mí y a mi niño a los infiernos.
Aunque quiero que se sepa una cosa, no fui yo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no fuiste tú yo no te juzgaré...jo, que entrada más chula Paula... a ti el otoño te está sentando muy bien eh.
Un saludo nocturno.

Laura Freijo Justo dijo...

Gracias, Norma! Un saludito!

Una mujer y mil imágenes, Arlette dijo...

Esoty muy espesa y no he pillado mucho, sinceramente. Está muy bien redactado, seguro.

Besos

Rosalía Navarro dijo...

"El silencio sí tiene música" Yo también lo creo. Un apocalipsis has descrito y me temo que muchos llorarán sólo por la muerte de internet.
Besos.

Laura Freijo Justo dijo...

Arlette, es un texto no realista. Gracias por comentar. Saludos!
Sí, eso parece, Rosalía. Un besote!