'Escribir no es difícil, lo difícil es dejar de escribir' afirma Tólstoi. O esta otra frase que me encuentro en un artículo dietario de Ricardo Piglia en 'Babelia' del mismo Tólstoi 'un par de botas bien hechas son más útiles que 'Ana Karenina'. Eso me hace preguntarme cuál es la utilidad, la finalidad del arte en general y de la escritura en particular. Una intenta escribir para combinar la necesidad que tiene de expresarse con lo que puede dar y cuenta historias. Y a través de eso que contamos estaría bien encontrar el modo de influir para bien en las personas. Pero tal vez sea poco lo que contribuye lo artístico al bien común.
Me ha afectado sobremanera la catástrofe humanitaria de Japón. Vuelve a poner de manifiesto la fragilidad de todo lo humano. Cualquier día podemos desaparecer aunque en nuestra cotidianidad nos consideremos absurdamente invencibles y nos preocupen problemas más ridículos. La naturaleza nos sigue mostrando que estamos a su merced.
Marzo es el mes de la primavera. Pero llueve en Barcelona. Y hasta en las goteras de mis techos. Tengo una amiga que ama la lluvia. Con el tiempo he aprendido a sobrellevarla. Incluso en los días tristes dibuja perfectamente el paisaje. Lástima que siempre pierda los paraguas, porque el que me queda ahora está medio tuerto y me mojo.
Esta noche al teatro, a 'El rap de Lady M' en el Tantarantana. Quedan dos funciones, la de hoy y la de mañana. Echaré de menos la camaradería de la compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario