18 días

En 18 días el mundo se paralizará. Nada importará. Ni la crisis, ni el paro, ni la corrupción, ni el terrorismo, ni las guerras. Y no sigo, me paro. El soldado Gila ha vuelto a llamar por teléfono: ¿Es el enemigo? Que se ponga. Que digo yo que por qué no paramos la guerra a las diez que hay partido. Y el enemigo y el amigo se pondrán de acuerdo para que por dos horas se haga la paz y el campo de batalla se traslade al campo de juego. Porque tanto en las filas amigas como en las filas enemigas hay seguidores de uno y otro equipo. Hasta los dioses, que lo miran todo desde su omnipotencia, posarán su divina mirada en los veintidós tipos que correrán tras la pelota con la ambición de colarle un gol a su rival que no enemigo.
Esta noche se juega el primero de los play-offs. Es en Madrid. En el Santiago Bernabeu. Hay respeto y temor por parte de los dos equipos. Los unos porque la historia reciente les advierte de lo difícil que resulta recuperarse después de una derrota contra el eterno oponente, los otros porque juegan contra la sombra del pesimismo histórico que siempre les sobrevoló antes que llegara un tipo llamado Cruyff y demostrara que se puede.
Y luego están los dos más grandes de esta década: Messi y Cristiano. El genio contra la potencia. Lo magia de lo divino contra la belleza de lo radicalmente humano. Duelo de titanes en el cesped, pero también en los banquillos. Allí los estrategas: Guardiola y Mourinho. Dos estilos en concordancia con sus dos pupilos predilectos. Guardiola y su elegante displicencia. Mourinho y su irritante protagonismo. Ambos conocedores de la psicología más íntima del jugador, ambos mentes prodigiosas del tablero. El 'jogo bonito' versus el contraataque mortal. Y ambos, en eso coinciden, constructores invencibles de defensas impenetrables.
Esta noche se reparten las cartas para la primera partida. ¿Alguien da más? Por supuesto, el miércoles se disputa la final de la Copa del Rey. ¿Alguien da más? Sin duda, el miércoles 27 primer partido de ida de la Champions. ¡Voy a explotar! Pero, ¿alguien da más? ¿Acaso hay tres sin cuatro? El martes 3 de mayo último encuentro: el ganador al Olimpo de los dioses cabalgando a lomos de un Pegaso, el perdedor arrinconado en el patio de los no ajuntados.
¿Es el enemigo? ¡Que se ponga! Que digo yo si nos podéis dejar un cardiólogo porque tenemos una baja por infarto de miocardio.
Por cierto, ¿habéis visto que bonita es la flor roja que ha crecido en mi terraza?