THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

lunes, 11 de abril de 2011

Un día soleado de primavera


Ante la parálisis del mercado laboral y el cumplimiento de la normativa vigente, próximamente y si la criba de elección previa lo quiere, realizaré un curso de formación para ampliar mis conocimientos y aumentar mis posibilidades, es un decir. A priori, hay que reconocer que los cursos a los que estoy optando tienen muy buena pinta y estoy contenta ante la perspectiva de volver a estudiar. De hecho, el sábado hablando con Victoria nos imaginábamos regresando a la Universidad a estudiar y éramos tan felices en nuestra fantasía que teníamos claro que si pudiéramos nos pasaríamos el resto de nuestras vidas ampliando nuestros conocimientos. Por ejemplo, me encantaría licenciarme en Filosofía o en Historia, aunque creo que primero me decantaría por Filosofía; me fascina tanto la historia del pensamiento como la creación de pensamiento nuevo aunque sea un tanto ingenuo pensar que se puede crear un nuevo sistema de pensamiento que, por ejemplo, aumente la capacidad cognitiva del cerebro que ahora mismo el ser humano no puede hacer servir de manera racional y constructiva. Victoria y yo nos imaginábamos en el aula de turno siendo las más viejas del lugar; porque si bien antes eras siempre la más peque del grupo, ahora ya empiezas a ser la más yaya. ¿Quién era Franco?, dirá un alumno inverbe. Pregúntale a la abuela de la primera fila, creo que ella lo conoció y te lo puede explicar. Porque la memoria es tan frágil que de aquí a un par de generaciones, qué digo, en una generación nadie se acordará de la cara del señor ése que salía en la peseta, una moneda antigua que hubo en España durante cuarenta años en siglo XX. Ojalá nos tocara algún tipo de lotería que nos permitiera tener el suficiente dinero para poder volver a estudiar.
Dice el dicho que si deseas algo de verdad, todo el universo conspira para que lo consigas. Lo malo es que no dice cuánto tiempo tarda. Porque a lo mejor la consecución de mis deseos está de camino, pero mientras no llega da la sensación de que el universo está en paro. Mi teoría es un poco distinta: 'trabaja duro para conseguir lo posible y espera el milagro en lo imposible'. Las cosas posibles pueden alcanzarse con trabajo, las imposibles sólo con milagros. Por otra parte, hay más cosas posibles de las que pensamos. Básicamente porque aunque no lo sepamos siempre hay alguien trabajando para aquello que tú consideras imposible pero que para esa persona es posible. Este último párrafo se está escribiendo bajo el influjo de un día soleado en el que he intuido que una nueva etapa se abre para mí. Además seguimos cargada de proyectos personales creativos que siempre es un motor. No es que haya dejado de ver la inclinación hacia la nada que lleva el ser humano desde hace ya tiempo, sencillamente es que acepto ese posible destino y sigo pensando y haciendo lo que puedo. Y si os parece que estas últimas frases son muy catastrofistas, buscad en la red 'La noche temática' de La2 emitida el sábado 9 sobre las centrales nucleares. Y esa es sólo una pequeña parte del iceberg autodestructivo en el que estamos embarcados. Pero siguiendo mi teoría anteriormente expuesta, seguro que hay alguien trabajando sobre cómo trasladarnos a Marte en condiciones de supervivencia. Digo yo.

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