THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

viernes, 2 de marzo de 2012

De ignorancias, invocaciones, príncipes, mendigos y otros defectos



Lo he dicho muchas veces, pero lo diré una más: no tengo ni idea de economía. Me cuesta horrores equilibrar la mía propia. He pagado tantas cosas por inercia cuando era cien euros más arriba de mileurista que ni te cuento, vergüenza me da el desperdicio. Por ejemplo, las cuotas de más de un año de gimnasio con las que probablemente hubieran podido estudiar y comer algunos pequeños de la India o cualquier otro lugar mísero de este planeta. Recuerdo que una vez, en una confusión de contadores de agua pagué cuatro o cinco o seis facturas desorbitadas hasta que me dolió el hígado y lo arreglé pero nunca conseguí recuperar lo que di de más, se me pasó el plazo. Una cerradura que compré el año pasado se ha jodido durante las obras y pensé que tenía la factura pero con el lío de cajas no la encuentro, otros sesenta euros a la basura. Y más cosas que he ido olvidando para no sentirme la tipa más gilipollas del universo que malgasta lo que no tiene porque otros que tienen menos cero se van muriendo con menos nada. ¡Así que cómo demonios voy a tener nociones de cómo arreglar la economía de mi ayuntamiento o la nacional o la internacional o ¡la supranacional!!!
Tampoco tengo ni pajolera idea de leyes, los entresijos interpretativos de cómo aplicar en este caso la ley así y en aquel otro tan parecido la ley asá, me parece algo entre flipante, fascinante y peligroso. ¿Por qué un hombre que no ha cometido delitos de sangre puede pasarse más de veinte años en la cárcel y otro que ha matado a su pareja sale a los diez o doce, se echa otra pareja y la vuelve a matar? Noticias aparecidas en el telediario de La 1. ¿Cómo es que si un muerto de hambre de la calle no tiene papeles se le expulsa del país a patadas sin preocuparse si morirá finalmente en su lugar de origen y a un tipo que hace uso de su condición privilegiada obtiene licencias para obras, gana concursos públicos amañados y se le conceden subvenciones sin valorar a los contrincantes y es declarado no culpable o apenas le caen dos años con reducción por buen comportamiento? ¿Cómo puede ser que aquellos que roban millones de euros apenas cumplan prisión y un pobre tipo que trafica con pastis o roba una joyería bajo los efectos de vete tú a saber qué se siga pudriendo para el resto porque, como dicen en las pelis, su abogado la jodió? ¡Ah, la cuna! El que nace en un barrio de Carabanchel tiene todas las de perder, el que da el braguetazo real todas las de ganar. Mira, me ha salido un pareado.
La lista de campos del conocimiento que ignoro es tan amplia que podría escribir un libro de más de mil páginas. ¡Qué digo! ¡Cinco mil, por lo menos! Este mundo cada día me parece más 'kafkiano' y las cucarachas y las ratas mejores seres que los humanos. Pero de lo que sí sabemos las personas rasas y anónimas que apenas ocupamos una casilla diminuta en el juego de la Oca es qué es justo y qué no lo es. Dicho de un modo aún más popular: lo que está bien y lo que está mal. Tanto si lo hace un príncipe como si lo hace un mendigo. Aunque siento que en la defensa del mendigo deberían existir vectores atenuantes. Hay sentencias que resolvería mucho mejor un niño o una niña que un juez. Sí, estoy haciendo demagogia, ¿qué pasa? Pero es que dan ganas no ya de hacer demagogia sino de salir a la calle con el ánimo desesperado del protagonista de 'Un día de furia', y no soy fan de Michael Douglas, conste.
Y en estos tiempos tan difíciles, por citar al gran Dickens, un oasis en este marasmo de miserias morales, me da miedo pensar en la influencia de las ideologías en la educación de los que vienen detrás, el aleccionamiento y sus consecuencias nefastas para la conciencia futura. La alienación del pensamiento. La masa no crítica. La colonización de la esencia del ser humano a través de las constantes dosis de una tergiversación de lo que está bien y lo que está mal. De la ética, de la moral. El embadurnamiento de nuestro futuro como raza a través de la igualización, de la mansedumbre, de la homogeneización, de la aceptación del presente irresoluble sin opción a una puerta de salida, del sacrificio como motor, pero solo para los de abajo, claro. Porque la cuestión no es crecimiento económicamente ergo riqueza económica ergo felicidad. La cuestión es reparto justo de los bienes. No, perdón, la cuestión es devuélveme mi sensibilidad y mi solidaridad porque me la has quitado. ¡Casi lo canto a lo Bustamante!
Ahora el riesgo más inmediato es que venga un lumbreras de estos internacionales y desvíe el foco de atención en una interesante guerra que venda miles y miles de armas a gentes que se matarán entre ellas y seguirán comprando más y más armas hasta que necesiten de 'una ayuda inminente' y vayan los principales ejércitos del mundo a poner orden y, de paso, a apoderarse de algunas riquezas propias de esos países ya expoliados. Pues no va una y le come la polla a otro importante y se lía una guerra como consecuencia. Lo que hace el hombre para que el infierno sean los otros, que diría Sartre pero en otro sentido, claro. Yéndonos a una voz disidente de Sartre, encontramos a Camus: 'Aunque no exista nada, no todo está permitido'. Grande, certero. Tal vez debamos volver a él, a su literatura, a su profunda y lúcida visión del ser humano, su ética inquebrantable, su pesimismo tan acorde con estos tiempos no tan distintos de los anteriores. ¿Acaso no sigue el ser humano siendo tan previsible como desde el momento en que vio en redondo e inventó la rueda? El hombre un caníval para el hombre. Chungo.
Pero hoy menos que nunca, no me hagáis caso, seguíos a vosotros mismos o a aquel o aquella cuya voz os ilumine en este camino angosto que a veces sigue dándonos alegrías. Afortunadamente, también estamos rodeados de seres humanos maravillosos, cosa que olvidamos contagiados por este virus de la crisis que se nos está metiendo en la médula ósea para clavarse en nuestros tuétanos. Yo podría citar a algunos, amigos y amigas todas.
Por otro lado, quisiera hoy invocar a los vivos para que resuciten a todos los muertos que viven entre nosotros, mientras, esta noche -por ayer, cuando escribí este texto- veré un capítulo más de 'Walking dead', por si la invocación no logra surtir efecto; al menos ahí los muertos son de mentira y, por si acaso no lo son, los rematan del todo. No permitas que te contagien la muerte, ahora la venden en dosis mínimas con el máximo efecto.

2 comentarios:

Hester Prynne dijo...

Comparto tus preocupaciones. Un post redondo. Abrazos.

thelesbiansisters.blogspot.com dijo...

Hester! Qué alegría me da tu visita! Creo que son cosas que nos preocupan a todo el mundo. Un abrazo, guapa!